Miles de presos kosovares son obligados por la policía yugoslava en retirada a trasladarse a Serbia
La policía serbia se ha llevado consigo en su retirada, a cientos de presos políticos albano kosovares que se encontraban detenidos en Prizren, según informó ayer el diario francés Le Monde. Portavoces del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) apuntan que el número de presos trasladados a Serbia y recluidos, probablemente,en las prisiones de Prokupje, Vronje y Lezkovac, asciende a dos o tres millares. Parte de los albano kosovares conducidos a Serbia fueron detenidos en las grandes redadas de albanokosovares llevadas a cabo durante el verano del pasado año, mientras que el resto habrían sido arrestados a partir del inicio de los bombardeos de la OTAN.
Le Monde sustenta su información en los testimonios recogidos en Prizren por su enviado especial que ha hablado con uno de los choféres que el 11 de junio condujeron a cientos de presos hasta la cárcel de Prokupje. "Esa mañana, el director me dijo que cogiera 200 litros de gasóleo y que me presentara en la cárcel", narra Naïm, un turco de 40 años, conductor de la compañía PrizrenTrans. "Aparqué en el patio de la cárcel y subieron al autobús 95 presos, entre ellos mi amigo Hasan al que apenas reconocí, de lo delgado que estaba.Durante los 150 kilómetros de trayecto, los presos tuvieron que ir con la cabeza agachada y sin hablar". "Al llegar a Prokupje", prosigue el conductor, "le pregunté a un guardián qué suerte les esperaba a los presos y él me respondió que su vida estaba en manos de Milosevic".
Según el conductor, su autobús formó parte de un convoy integrado por tres camiones que iban igualmente repletas de detenidos. El traslado a Serbia de la última docena de presos que quedaban en la cárcel de esa población fue abortado dos días mas tarde, el 13 de junio, por la llegada de las tropas alemanas de las Kfor.
Uno de esos presos, Xhemali Kurtaj, cuenta le sacaron de su celda de aislamiento y le condujeron, esposado, a un camión aparcado junto a la cárcel. Cuando ya estaban alojados en un habitáculo dispuesto al fondo del remolque y oculto por una pequeña montaña de objetos que los guardias habían retirado de la prisión, los reclusos oyeron una orden en serbio: "Liberad a los prisioneros" y vieron a los soldados alemanes que descorrían el toldo del camión y los invitaban a bajar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.