Canadá invita a España a entrar en una red por la diversidad cultural

Frente a la globalización y el empuje multinacional de Estados Unidos, diversidad lingüística y cultural. Ése es el lema del proyecto liderado por la ministra de Cultura canadiense, Sheila Copps, que ayer estuvo en Madrid para ver a su homólogo Mariano Rajoy. Copps explicó que la Red Internacional de Política Cultural, nacida hace un año, trata de preservar las culturas locales. Su primer paso es crear una televisión multinacional para temas culturales.

Según informó la propia ministra, Canadá invitó ayer formalmente a España a que participe en la próxima reunión de esta red, que se celebrará en Oaxaca (México) en septiembre. El ministro español dijo a Copps que pensará "seriamente" en la posibilidad de adherir a España al grupo de 40 países que integran ya esta red, una iniciativa lanzada por la Unesco en marzo de 1998 a la que Copps y otros 20 ministros de Cultura (de Francia, México, Italia, muchos de Latinoamérica...) dieron forma en Ottawa en junio de ese mismo año. La citada red nace como una vía plural y unitaria para luchar contra la creciente colonización cultural de Estados Unidos -que no pertenece a la red- y como una defensa de las identidades locales que la economía globalizada pone en peligro en todo el mundo. Copps recuerda, por ejemplo, que Europa sólo consume un 17% de cine propio, y que, en ese terreno, Canadá apenas llega al 5%. Añade que es necesario coordinar y financiar las políticas de defensa cultural.

Tal vez por ser el vecino más cercano de Estados Unidos (con México), Canadá ha sufrido y sigue sufriendo la tiranía comercial estadounidense, aunque hace 30 años que impulsó un sistema de cuotas de mercado por el que el 25% de los contenidos de radio y televisión debía ser autóctono. "La música canadiense", dice la ministra, "no existía hace 30años y ese sistema ha dado lugar a una formidable explosión de talento y creatividad. Ha permitido que brotara nuestro arte". Gente como Leonard Cohen, Alanis Morissette, Céline Dion, varios cineastas de gran nivel, como el armenio-canadiense Atom Egoyan, o las compañías de teatro Carbone 14 y Le Cirque du Soleil, dan muestra hoy de la potencia creadora canadiense, pero Copps sabe que hay que perseverar en esa política de protección.