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Francia, Luxemburgo, Holanda y parte de Alemania prohíben la Coca-Cola belga

La empresa admite dos fuentes de contaminación en algunos de sus productos de Bélgica

La dirección de la filial belga de Coca-Cola reconoció ayer que dos partidas de sus productos estaban contaminadas. Las partidas proceden de fábricas diferentes y la contaminación se debe también a causas muy distintas. Aunque Coca-Cola aseguró que el problema se ceñía al mercado belga, uno de los defectos procede de su factoría de Dunquerque (Francia). Medidas cautelares de retirada fueron adoptadas por los Gobiernos de Luxemburgo, Francia y Holanda, y por autoridades locales alemanas. En España, el Ministerio de Sanidad y la propia empresa aseguraron que "no hay ningún peligro".

Al menos 101 personas -sobre todo niños- han sufrido en la última semana en Bélgica mareos, vómitos y dolores de cabeza y estómago tras ingerir diversos productos de Coca-Cola. El director de producción de Coca-Cola en Bélgica, Philippe Lenfant, admitió ayer la responsabilidad de su empresa y acató la decisión del Gobierno belga de retirar todos los productos de la potente multinacional americana. Pero, en una rueda de prensa caótica, se negó a añadir ningún tipo de detalle a los sucintos datos que la empresa decidió divulgar. Estos se sintetizan en la existencia de dos problemas distintos. En la factoría de Dunquerque (norte de Francia), la embotelladora de Coca-Cola más grande de Europa, la contaminación se debe a un pesticida utilizado para eliminar los hongos de los pallets de madera utilizados para transportar las botellas y latas de la firma. Este fungicida, cuyo uso no está autorizado, se impregnó en las bases de latas y botellas a través de la almohadilla que pretende aislarlas de la madera. En este caso el producto tóxico no afecta al interior de los envases y por lo tanto el líquido no es peligroso, pero puede ser inhalado por los consumidores al beber directamente de los envases.

Los pallets tóxicos se han utilizado durante varias semanas desde mediados de mayo. A pesar de haber sido fabricados en Dunquerque, los pallets se han utilizado únicamente en el mercado belga, según Philipe Lenfant.

El segundo problema afecta a la factoría de Coca-Cola en Wilrijk, junto a Amberes. En este caso Coca-Cola sí reconoce que es su producto lo que está en mal estado, y lo atribuye a la utilización de una partida de gas carbónico (CO2) en mal estado. El alto directivo de la filial belga de Coca-Cola se negó a dar más detalles sobre las razones de ese "mal estado".

Lenfant admitió que "lo más importante es la protección de los consumidores", acatando así la decisión del Gobierno belga de retirar de la venta al público todos los productos de Coca-Cola (Coca-Cola, Coca-Cola Light, Cherry Coke, Fanta, Sprite, Sprite Light, Nestea, Nestea Splash, Aquarius, BonAqua, Kinley Tonic, BL, Lift y Minute Made, en envases de vidrio, plástico, aluminio o cartón).

La Comisión Europea activó ayer el dispositivo de alerta. Además de los 30 millones de envases retirados en Bélgica, el Gobierno de Luxemburgo ordenó también la retirada de todos los productos de Coca-Cola y cautelas semejantes se tomaron en regiones fronterizas de Alemania. En Francia, las autoridades que en un principio habían suspendido sólo la comercialización de los productos procedentes de la fábrica de Dunkerke, decidieron anoche ampliar la medida a todas las latas de Coca-Cola, Coca-Cola Light, Fanta y Sprite del territorio francés "ante la incapacidad de Coca-Cola para identificar su procedencia". Además, Coca-Cola retiró en Holanda los productos procedentes de Bélgica.

Sin peligro en España

En España, los productos de la marca Coca-Cola puestos en el mercado están fuera de todo riesgo de contaminación, según coincidieron ayer la propia empresa, el Ministerio de Sanidad y hasta las asociaciones de consumidores. "Los productos de la marca Coca-Cola que se consumen en España están fabricados y envasados en centros españoles", aseguró el portavoz de la empresa, Rafael Fernández. "No hay motivo de alarma", añadió. El portavoz del Ministerio de Sanidad manifestó que la normalidad en España es "absoluta" en relación con el consumo de Coca-Cola. Las asociaciones de consumidores recibieron ayer un alud de llamadas de personas interesadas en aclarar si el indicativo de país del código de barras de las coca colas que se venden en España -que lleva el número 54, de Bélgica- significa que ese producto ha sido elaborado allí. Tanto OCU, UCE, CEACCU como CECU lanzaron un mensaje de tranquilidad y negaron que el código de barras informe acerca del país de embotellado. "Lo único que quiere decir es que la empresa responsable ha pedido la identificación en Bélgica", señaló José María Múgica, portavoz de la OCU.

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