Ruiz-Gallardón elige al consejero Pedroche para sustituir al presidente del Parlamento regional

El miércoles 30 de junio arranca el nuevo curso parlamentario en la Comunidad de Madrid con la constitución de la Asamblea regional y el nombramiento de los siete diputados o diputadas que gobernarán la Cámara autónoma. El presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, ha tomado ya la primera decisión de su última legislatura: sustituirá al diputado popular Juan van Halen, actual presidente del Parlamento regional, por su consejero de Presidencia, Jesús Pedroche. Éste quiere como vicepresidente de la Asamblea a José Ignacio Echeverría, ex primer teniente de alcalde de Madrid.

De su futuro Gobierno regional, Ruiz-Gallardón no sabe ni contesta. Lo sabrá y responderá en julio. De momento, sólo ha dejado caer en la campaña electoral algunas noticias sobre futuras reestructuraciones en varias consejerías (el Canal de Isabel II dependería de Medio Ambiente, y no de Hacienda como hasta ahora; las inversiones en los municipios las gestionará la Consejería de Presidencia, y no la de Medio Ambiente; los bomberos dejarían de estar a la orden del consejero de Presidencia para obedecer al de Medio Ambiente...). De nombres, ni hablar. Aunque los nombramientos que haga el PP en el nuevo Parlamento regional y la designación de sus tres o cuatro senadores autonómicos pueden provocar descartes muy significativos en el actual Ejecutivo autónomo.

Su primera decisión de cambiar de presidente en la Asamblea de Madrid ha dejado un hueco en su Gabinete. Alguien deberá ocupar el despacho y coger la cartera que pierde Jesús Pedroche. Ni siquiera Manuel Cobo, jefe de campaña del presidente regional y portavoz en funciones del PP, conoce ese nombre.

El actual presidente de la Asamblea de Madrid, Juan van Halen, escritor, periodista y poeta muy galardonado, "ya sabe que no sigue, aunque aún no se lo ha contado Ruiz-Gallardón", según afirman compañeros del parlamentario. La gestión de Van Halen en la Asamblea de Madrid ha dejado insatisfecho al presidente, según indican algunos dirigentes populares. La política de Van Halen de adquisición de obras de arte para decorar la Cámara regional, muy caras y siempre de la misma galería (Marlborough); su desconocimiento del reglamento de la Asamblea de Madrid -llegó a considerar ilegal que los grupos parlamentarios derivasen fondos económicos a los partidos a los que representaban, tal y como establece la ley-, y su política de personal (provocó la huida de su jefa de prensa y del secretario general de la Asamblea de Madrid, al que todos los grupos apreciaban), le costará el segundo puesto de mayor honor en la Comunidad. Le premiarán, según aseguran en el partido, con uno de los escaños que corresponden al PP en el Senado, donde ya estuvo acompañando a Ruiz-Gallardón cuando éste fue portavoz.

El presidente regional planea ampliar el número de consejerías (ahora tiene siete), aunque hace año y medio no era partidario. De esta decisión cuelga una teoría que defienden algunos dirigentes del PP y que pasa por dividir en dos la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, dado que la Comunidad de Madrid iniciará en breve el proceso para asumir la gestión sanitaria, ahora en manos del Insalud. Y citan a Alberto Núñez Feijoó, actual presidente del Insalud, como futuro consejero de Sanidad. Núñez Feijoo habló ayer con este periódico para zanjar la cuestión. "Desmiento total y absolutamente que Ruiz-Gallardón me haya ofrecido ese puesto", dijo, informa José Antonio Hernández. Del resto de su equipo se vaticina la continuidad de la mayoría absoluta de los miembros, aunque nadie garantiza la unanimidad.

La organización socialista

Mientras tanto, en el Grupo Parlamentario Socialista-Progresistas reflexionan sobre su próxima organización en la Asamblea. Es la primera vez que el Grupo Socialista´ compartirá escaños con cuatro diputados de otra formación política (Nueva Izquierda), entre los que se encuentra la mujer que les representó en primer lugar, Cristina Almeida. Dirigentes del partido de Almeida y de la Federación Socialista Madrileña (FSM) coincidieron ayeren que la solución más eficaz para los próximos cuatro años -"aunque todavía no se ha negociado ni acordado nada", según matizó un alto cargo de la FSM- sería que Almeida presidiera el grupo parlamentario e interviniera en los debates estelares, además de ocupar uno de los dos escaños que les corresponden en el Senado. "De momento intervendrá como portavoz del grupo en la sesión de investidura. El debate sobre el estado de la región será en octubre del 2000, y para entonces ya habremos decidido si interviene en él o no", señaló un dirigente socialista. Los responsables de Nueva Izquierda admitieron esta posibilidad y aseguraron que en ningún caso piensan renunciar a la presencia de Nueva Izquierda en el Senado.

Cristina Almeida replicó ayer a los socialistas anónimos que, según cuentan, no la quieren de portavoz: "Es triste que sucedan desavenencias internas que podrían perjudicar el renacer de la izquierda".