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ELECCIONES 13-J

El Gobierno aprovechará el debate del estado de la nación para intentar recuperar a sus socios

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno que preside José María Aznar tratará de recuperar la relación con sus socios nacionalistas, CiU y PNV, disgustados tras sus malos resultados electorales del pasado domingo, con la presentación de mociones conjuntas ante el debate sobre el estado de la nación. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José María Michavila, anunció que en breve se iniciarán las conversaciones del Ejecutivo con los nacionalistas vascos y catalanes sobre las reformas estructurales destinadas a crear empleo y el impulso de políticas de bienestar social.

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Michavila anunció también que tratarán de lograr con el PSOE y el resto de los partidos de la oposición un pacto de Estado sobre el proceso de paz en Euskadi, así como sobre la situación en Kosovo, al hilo del debate sobre el estado de la nación. En la comunicación dirigida al Congreso de los Diputados en la que convoca esa sesión para los días 22 y 23 de junio, el Ejecutivo destaca el "escenario esperanzador" en el País Vasco. Añade que, desde el inicio de la legislatura, "otorgó la máxima prioridad a la política antiterrorista, con la firme convicción de que el fenómeno de la violencia acabaría remitiendo como resultado de la eficaz labor policial, la voluntad de los ciudadanos vascos y del conjunto de los españoles". El Gobierno aprovechará esa sesión parlamentaria para tratar de soldar las relaciones con sus socios nacionalistas. Los resultados del domingo infligieron un duro castigo a CiU y PNV y han abierto un debate en el caso de los nacionalistas catalanes sobre sus relaciones con el Gabinete de Aznar. Algunos dirigentes de CiU, como su secretario general, Pere Esteve, atribuyen la caída electoral de su partido al soporte que han dado al Ejecutivo del PP en el Parlamento.

El Gobierno tratará, durante el debate sobre el estado de la nación, de escenificar que las relaciones con sus socios nacionalistas no se han visto afectadas por los resultados electorales. Aznar quiere culminar la legislatura, pero para ello necesita del apoyo de sus socios nacionalistas, especialmente CiU. José María Michavila señaló ayer que "los pactos del Gobierno con sus socios han sido beneficiosos para los intereses generales de los ciudadanos porque han dado estabilidad al país" y eso ha permitido que España haya afrontado con éxito la entrada en la Unión Monetaria, haya mejorado la economía e impulsado la creación de empleo. Negó, con ello, que la caída electoral de los nacionalistas el pasado domingo esté motivada por el apoyo que éstos han dado al Gabinete en el Parlamento.

Al Gobierno también le interesa recuperar la relación con sus socios porque en breve, tras el debate sobre el estado de la nación, iniciará las negociaciones de los presupuestos del 2000 con CiU. En el caso improbable, según la opinión del Ejecutivo, de que CiU le retire ese apoyo, se vería obligado al adelanto electoral para este otoño, algo que a su juicio no interesa a CiU porque la coincidencia de las generales con las autonómicas catalanas, le perjudicaría notablemente.

El Ejecutivo, para facilitar el acuerdo con sus socios, ha presentado una comunicación de contenido "centrista", basada en impulsar políticas sociales y de reformas estructurales que relancen el empleo. La comunicación señala expresamente el compromiso del Gobierno en mantener "una política y un diálogo social que han permitido no sólo aprovechar el buen momento del ciclo económico internacional, sino también poner el crecimiento económico al servicio de la generación de empleo". El Gabinete lanza un claro guiño a sus socios nacionalistas sobre la bondad de los pactos. "A lo largo de la legislatura se ha mantenido un apoyo parlamentario que ha permitido que el Gobierno presente y las Cortes aprueben iniciativas legislativas de gran alcance en el orden económico y social".

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La comunicación del Gabinete destaca reformas estructurales como la reducción de impuestos, la consolidación del Pacto de Toledo sobre las pensiones, el avance en el proceso de separación de fuentes de financiación, el sistema de la Seguridad Social, las políticas de sanidad, así como las reformas en materia de educación. Michavila propuso también, en nombre del Gobierno, un pacto de Estado, no sólo con sus socios nacionalistas sino también con el PSOE y el resto de la oposición, sobre la consolidación del Estado de las autonomías con la descentralización de competencias de las comunidades autónomas a los ayuntamientos; el impulso del proceso de paz en el País Vasco y la crisis de Kosovo.

El portavoz socialista en el Congreso, Luis Martínez Noval, no se pronunció sobre esta propuesta a la espera de las futuras conversaciones, pero sí comentó que la comunicación del Gobierno estaba teñida de "color rosa" por su excesivo optimismo.

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