Sergio Cabrera ofrece su visión tragicómica de la guerra en Colombia

El cineasta Sergio Cabrera, de 49 años, ex guerrillero y hoy diputado por el partido Colombia Siempre, presentó ayer en Madrid su séptima película, Golpe de estadio. Su visión tragicómica de la guerra en Colombia y su "sueño de la paz a través de la búsqueda de la dignidad del enemigo" ilustraron la primera jornada del IV Mercado Iberoamericano de la Industria Audiovisual, Midia99. Un foro para profesionales del cine iberoamericano que se celebra en la Ciudad de la Imagen de Madrid y que ayer inauguró el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés.

Sergio Cabrera es uno de los 1.300 profesionales del cine y la televisión iberoamericana que estos días se reúne en Madrid. Su nueva película, una coproducción entre Colombia, España e Italia, se estrenó en diciembre en Colombia y de momento ha logrado una taquilla de 700.000 espectadores en su país. En España se estrenará en agosto. El filme, sin embargo, le supuso a Cabrera (director de La estrategia del caracol) una agria polémica política. "La izquierda piensa que la película es un tratamiento generoso de la policía y la derecha que nuevamente ofrece una visión romántica de la guerrilla. Yo pensé que para hablar de la guerra el mejor ángulo era el de la comedia. Me gustan los cineastas que tocan los asuntos serios desde un ángulo casi infantil". La historia ("una anécdota imaginaria") de cómo un grupúsculo de la guerrilla y un escuadrón de la policía, a espaldas de sus comandantes y en un rincón de la selva, deciden llegar a una tregua secreta para poder compartir frente al único televisor disponible el "histórico" partido que en septiembre de 1993 enfrentó a Colombia y Argentina en el estadio del River (y cuyo resultado fue 5-0 para Colombia), da pie al cineasta para hablar de cómo "un pequeño sueño permite una pequeña paz" y de cómo "quizá un gran sueño permita una gran paz".

"Dudé entre el final de una telenovela o un partido de fútbol", añade el cineasta, que señala La vaquilla, de Berlanga, o el cine de los hermanos Coen y Kusturica como referentes de su filme, que es "colorido, barroco, y en apariencia naïf". Cabrera también cita una entrevista reciente al subcomandante Marcos en la que hace referencia al espíritu de la risa. "Marcos comentaba que, contra el horror, humor. Decía que hay que reírse mucho para que el mundo no salga cuadrado y pueda girar, que la risa ablanda".

Para Cabrera, el proceso de paz en Colombia, sin embargo, es de una complejidad que se escapa del entendimiento. "No existen fórmulas mágicas ni fáciles, y queda mucho camino y doloroso. El proceso de paz empezó, al revés de lo habitual, de forma abierta, pero poco a poco se ha vuelto casi secreto, gradualmente se ha cerrado". "El Gobierno", añade, "firmará la paz, pero la paz tiene que firmarla el país entero". Cabrera asegura que su ideología es la misma como cineasta que como diputado de "la bancada independiente". "Mi actitud es la misma, prefiero ser director de cine que político, pero siento que tengo también una responsabilidad hacia mis convicciones, mi lucha es por una política creativa y moderna, una nueva política de izquierdas".

Golpe de estadio (en la que actúan los españoles Raúl Sender y Emma Suárez) es, junto a la cubana La vida es silbar, la película que ilustrará el trabajo de los asistentes al Midia99. Esta cita, organizada por la Asociación Nacional de Empresas Audiovisuales con la colaboración de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales (FAPAE), comenzó ayer con dos mesas redondas (Cómo se distribuye el cine en Iberoámerica y Qué historias escribir para Iberoamérica) y con la presentación dentro del Mercado de Proyectos de Coproducción de un total de 66 programas futuros.