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ECOLOGÍA

El veneno de la caza

Junto a los tendidos eléctricos, en los últimos años se ha puesto de manifiesto otro gran problema cuyos efectos sobre la mortandad de aves son cada vez mayores: el envenenamiento, tanto accidental como premeditado. Durante los noventa se han detectado un millar de casos, la mayor parte de ellos, en torno al 80%, en cotos de caza menor, principalmente privados. Entre las aves más afectadas se encuentran el buitre negro, buitre leonado, alimoche, milanos, quebrantahuesos, águila real, águila perdicera y, una vez más, águila imperial, de la que han muerto por esta causa 55 ejemplares. Medio Ambiente puso en marcha en 1998 un grupo de trabajo de ecotoxicología para estudiar los problemas derivados de los envenenamientos, que ha centrado hasta ahora sus trabajos en la recopilación de datos sobre colocación de cebos envenenados en cotos. Según Mauro Hernández, director del Laboratorio Forense de Vida Silvestre y coordinador del grupo, las rapaces y los depredadores en general suponen un "incordio" para los propietarios de cotos, ya que compiten con los cazadores por las presas, y han decidido "gestionar" sus negocios por estos expeditivos métodos.

Más información
Una normativa evitará que con los nuevos tendidos eléctricos mueran miles de aves

Entre las conclusiones adoptadas destaca la recomendación de incluir la tipificación de la responsabilidad civil de los cotos como vía alternativa o paralela a la penal, ya que hasta ahora la única vía para evitar estas tropelías es la penal.

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