La esperanza de vida en África baja de 60 a 50 años en un decenio

La esperanza de vida de los africanos ha caído en el último decenio de 60 a 50 años. Han resurgido, indomables, enfermedades antes en relativas vías de control, como la malaria y la tuberculosis; nuevas epidemias, como el sida, se unen al crecimiento demográfico, el deterioro sanitario, la crisis y las guerras. Expertos internacionales debatieron ayer estos problemas en un simposio de las fundaciones Amref y Ramón Areces.

, "La esperanza de vida en África subió, de 1960 a 1980, desde los 40 a los 60 años, pero ahora se ha desplomado: apenas llega a los 50 años", dice el ugandés Vinand Nantulya, director de programas en África de la Fundación Amref -una ONG sanitaria implantada en toda el África de habla inglesa- y consultor de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Hay una mortalidad infantil de casi el 20%. El 14% de los niños muere de diarrea. La mitad de la población infantil no ha sido vacunada contra las enfermedades mortales más comunes". La malaria resurge imparable. Antiguos remedios como la cloroquina ya no valen. El DDT era eficaz, pero deteriora el medio ambiente. "La malaria es una crisis global", dice Eliab Seroney, experto en estrategias contra esa enfermedad. "Al año mata a un millón de personas, y cada día mueren 3.000 por carencias sanitarias. Hay que reducir esas cifras a la mitad en el año 2010". El sida, aliado a la tuberculosis reemergente, afecta a 34 millones de africanos. "Siete de cada 10 nuevos contagios se producen en África. En 1998, dos millones murieron de sida, una enfermedad que ha roto el tejido social y familiar", señala el doctor John Nduba. Un problema añadido es que los fármacos contra la tuberculosis no funcionan igual en quienes padecen esa enfermedad asociada al sida. "Pero hay atisbos de esperanza", dice Nantulya. "En Uganda, el presidente Museveni se concienció del sida cuando empezaron a morir soldados. Logró involucrar a todos los líderes políticos y sociales y a la comunidad internacional, y la población reaccionó positivamente. Hoy los contagios han disminuido en Uganda. Y sobre todo se ha tenido éxito en algo clave: los niños enseñan a otros niños a adquirir hábitos sanos, a respetarse, a considerar que un niño es alguien importante. Detrás del deterioro sanitario de África está la pobreza. Para combatirla, hay que combinar medicina y educación, y cuando digo educación quiero decir educación básica. La población entre 5 y 19 años antes funcionaba a golpe de prohibiciones, es decir no funcionaba. Ahora empiezan a ser responsables". En el simposio, hubo una promesa del Gobierno español. Julio Herraiz, del Gabinete de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, anunció que, para el año 2002, España "va a dedicar el 25% de su ayuda oficial al desarrollo a sectores básicos, y no sólo el 20%, que fue el compromiso en la Cumbre de Copenhague". "Hay que corregir esa sensación de que borras África en un mapamundi y no pasa nada", resume Alfonso Villalonga, presidente de Amref-España.