Un especialista eleva al 50% la influencia genética en la orientación sexual
El ambiente y los genes son los causantes a partes iguales de la orientación sexual de las personas, según afirmó ayer en Valencia Michael Baily, profesor de psicología de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos. Baily fue más lejos: la influencia del medio no es imputable al ambiente social, sino al embrionario. Reconoció, sin embargo, que esta teoría no se cumple en los gemelos con idéntica información genética.
Baily achacó a la carga genética el 50% de la responsabilidad de la orientación sexual de las personas y apoyó esta conclusión en pruebas realizadas con familiares y, concretamente, en el comportamiento sexual de gemelos. La probabilidad de que un gemelo homosexual monocigótico -aquellos que tienen el origen común en un mismo óvulo y comparten totalmente su información genética- comparta la orientación sexual de su gemelo es del 52%. Esta probabilidad cae a un 22% entre gemelos bicigóticos -aquellos que sólo comparten placenta y cada uno de ellos pertenece a un óvulo diverso- y al 9% en hermanos. En el mismo estudio, en el caso de hermanas genéticamente idénticas la probabilidad es del 48% y decae al 16% en gemelas de distintos óvulos y al 14% entre hermanas. El otro 50% lo achacó al medio en el que se desarrolla el feto en el útero. El 90% de los hijos de hombres homosexuales comparten con su progenitor sus tendencias sexuales, por lo que restó importancia a la influencia educativa o social. Bailey apunto hacia un exceso de testosterona en el caso de las niñas o un defecto en caso de los fetos masculinos para justificar su posterior orientación sexual. Sin embargo subrayó que esta explicación uterina es hasta el momento una hipótesis. El genetista y psicólogo destacó que la mayoría de los homosexuales y lesbianas suelen ser los hermanos pequeños de sus familias por lo que aludió a la posibilidad de que las madres desarrollaran algún proceso inmunológico que influyera en la carga hormonal de los fetos y determinara fuertemente su posterior orientación sexual. El profesor Baily, durante la sesión de ayer del congreso que se celebra en la sede de Valencia de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre genética de la conducta, apuntó que el comportamiento homosexual aparece ya en la niñez, y se revela como una disconformidad con su género que lleva a las personas a tener comportamientos propios del otro sexo.
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