La Casa Blanca no confía en la palabra de Milosevic

"Vamos a continuar la campaña aérea hasta que Milosevic haga lo que tiene que hacer: comenzar la retirada de sus tropas", dijo anoche Joe Lockhart, portavoz de Bill Clinton, tras conocer el aplazamiento hasta hoy de la reunión del G-8 en Bonn.La Casa Blanca no perdió los nervios ante la suspensión de las conversaciones militares y las dificultades para alcanzar un acuerdo en la reunión del G-8 en Bonn. Esos problemas, señaló Lockhart, ya habían sido previstos por Bill Clinton en su cauta reacción de la pasada semana a la noticia de que Milosevic aceptaba el plan de paz del G-8. "En este asunto", dijo, Lockhart, "no se trata de confiar en la palabra de nadie".

Pero al tiempo en que insistía que Yugoslavia será bombardeada mientras no comience a retirar sus fuerzas de Kosovo, la Casa Blanca expresaba su deseo de que la paz se materialice pronto. Madeleine Albright, presente en Bonn, informó telefónicamente a Clinton de la seguridad ofrecida por el presidente finlandés Martti Ahtisaari de que Milosevic "pretende seguir adelante con el acuerdo". Clinton, casi seguro ya de su victoria en Kosovo, necesita que se materialice un alto el fuego cuyo mero anuncio ha hecho subir en siete puntos su popularidad política. El fracaso del proceso de paz, la continuidad de los bombardeos y los preparativos para una ofensiva terrestre durante el verano serían un revés para el presidente norteamericano. Mientras se respiraba así en Washington, el Consejo de Seguridad de la ONU estaba listo para reunirse en cuando haya fumata blanca en Bonn.

No todo fueron ayer parabienes para Clinton. El reverendo Jesse Jackson se declaró dispuesto a regresar a Belgrado, donde consiguió el pasado mes la liberación de tres prisioneros de guerra norteamericanos, para comprobar "los inesperados resultados adicionales" de los bombardeos de la OTAN.