Los ministros de Exteriores del G-8 redactan hoy la fórmula del plan de paz que debe aprobar la ONU

Los ministros de Exteriores del G-8 (los siete países más industrializados y Rusia) se reúnen hoy en Petersberg, cerca de Bonn, para redactar el proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que legitimará al máximo nivel internacional las condiciones conjuntas de la OTAN, la UE y Rusia, ya aceptadas por Slobodan Milosevic el 3 de junio.La reunión no pudo celebrarse el domingo, tal como hubieran querido los participantes, porque había que esperar a que los altos mandos militares de la OTAN y de Yugoslavia ultimaran los acuerdos sobre la retirada de tropas serbias de Kosovo.

El ministro de Defensa de Alemania, Rudolf Scharping, manifestó ayer que la puesta en práctica del plan de paz para Kosovo puede comenzar el próximo miércoles o jueves. El ministro calculó que la retirada de las tropas serbias puede completarse en un plazo de 7 a 10 días. El Ejército alemán (la Bundeswehr) tiene 6.000 soldados estacionados en la zona y se dispone a incrementar su número. Scharping anunció ayer que mañana, en una sesión extraordinaria del Bundestag (Parlamento), pedirá la luz verde del Legislativo. Unos 750 miembros del sector pacifista de Los Verdes, que se reunieron ayer en Dormund, criticaron la política del ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer. Uli Cremer, uno de los líderes pacifistas, instó a los reunidos a concentrarse frente al edificio del Parlamento, mañana en Bonn, para impedir que el Bundestag incremente el número de soldados alemanes en los Balcanes. A juicio de Cremer, aún hay peligro de que se produzca una ofensiva terrestre.

El fin de la guerra de Kosovo ha potenciado la imagen del canciller Gerhard Schröder y de su ministro de Exteriores. Los testimonios de reconocimiento público por los dirigentes alemanes cubrían ayer un amplio abanico, desde la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, que, desde Bogotá, pedía la mediación del canciller alemán, hasta el escritor Günter Grass, quien en una conversación con la agencia de prensa DPA aseguraba "quitarse el sombrero" ante Fischer, Schröder y el ministro de Defensa, Rudolf Scharping.

El canciller se mostró ayer consciente de que Alemania y la Unión Europea tendrán que asumir el liderazgo en la reconstrucción de posguerra. "En todas las conversaciones con colegas de los estados fronterizos se evidencia una y otra vez que las enormes esperanzas que éstos tienen en Alemania a veces llegan a asustarle a uno", señaló Schröder en una entrevista con el semanario Der Spiegel.

"Si Alemania y la UE no ayudan en la reconstrucción y no colaboran en el florecimiento de la zona de los Balcanes, tendremos que financiar las consecuencias de un éxodo", dijo el canciller a Welt am Sonntag. Schröder recordó que la "democratización" es un requisito esencial para que los países de la zona reciban una "auténtica perspectiva europea". Según él, la UE no está interesada en perjudicar a la población yugoslava, pero la democratización generará "reacciones positivas".