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Argentina cierra su mejor caladero de merluza a los congeladores españoles

La Cámara de Diputados argentina aprobó ayer la Ley de Emergencia Pesquera, por la que se prohíbe, hasta finales de año, la pesca de merluza en el caladero de ese país por debajo del paralelo 48 (Patagonia), donde se halla la zona más rica en esta especie. Esta medida supondrá poner fuera de la zona a casi un centenar de grandes barcos congeladores de capital español (gallego), pero que operan con pabellón del país austral. La norma no afecta a los pescadores de bajura.

Para el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, José Antonio Suárez Llanos, la decisión es claramente discriminatoria al reservar esas aguas solamente para los barcos argentinos que tuvieran instalaciones para transformar el pescado en tierra con anterioridad al 31 de diciembre del año 1996.Las autoridades argentinas han justificado la decisión por la necesidad de proteger el caladero, con peligro de extinción, reduciendo las capturas de 600.000 toneladas a solamente 400.000 toneladas por año. Actualmente, la flota congeladora española realizaba unas capturas anuales de 170.000 toneladas de merluza.

A partir de la aprobación de esta ley, todos los grandes barcos congeladores de capital español deberán salir fuera de las 200 millas.

En esa zona autorizada se va a producir una excesiva concentración de pesqueros. La posibilidad de pescar se centra fundamentalmente en la pota (un tipo de calamar). Igualmente, se les da la oportunidad de pescar en otras zonas donde, en opinión de los armadores, no hay existencias de merluza.

Contradicción

Para Suárez Llanos, la norma aprobada por el Parlamento argentino es contradictoria, porque mientras se habla de veda para recuperar los caladeros en peligro se autoriza a seguir faenando a los congeladores más pequeños. Los armadores españoles han elevado su protesta a las autoridades españolas y comunitarias, denunciando la imposibilidad de faenar para una flota en cuya reconversión se han invertido en los últimos años más de 200 millones de euros (33.277 millones de pesetas). Para Suárez Llanos se trata fundamentalmente de una táctica de las autoridades argentinas para que realicen sus empresas todas las capturas y las coloquen luego en el mercado español. La decisión de las autoridades argentinas pone igualmente en peligro el trabajo de unos 1.000 marineros españoles.Una vez conocida la decisión de las autoridades argentinas, los beneficiados (los pescadores de bajura), que se habían concentrado en las inmediaciones del Congreso en Buenos Aires, manifestaron su satisfacción. Por el contrario, los marineros perjudicados -los embarcados en grandes congeladores- bloqueron los principales puertos australes.

La merluza común es el segundo producto más exportado de Argentina, con un volumen de ventas de unos 265 millones de dólares (254 millones de euros, 42.200 millones de pesetas), según los datos ofrecidos por el Centro de Defensa de la Pesca Nacional (Cedepesca).

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