Tres hermanos del mítico Pedro Casariego editan su prosa inédita y rara
Nicolás, Martín y Antón Casariego (autor de la selección de los textos) han decidido sacar a la luz casi toda la prosa inédita de su hermano mayor, Pedro Casariego Córdoba. El escritor, mito de la contracultura inclasificable, murió en 1993 a los 38 años. Había publicado cuatro o cinco volúmenes de poesía y teatro, casi a su pesar. Ahora, Verdades a medias (Espasa) enseña la febril sensibilidad de un talento especial.
Con una gran parte de la familia Casariego presente, incluida la hija del autor, Julieta, de siete años, que no paró de pintar en un cuaderno, Nicolás, Martín y Antón (todos escritores) presentaron ayer en Madrid este volumen póstumo de Pe Cas Cor (firmaba así), un libro lleno de vida y nihilismo, ilustrado por el poeta que derivó en pintor.Verdades a medias contiene afirmaciones contradictorias, búsquedas llenas de humor y corrosión, apuntes, cuentos o reflexiones sin rematar, esbozos que acaban en silencios o que lo buscan, lenguajes inventados, arengas tiernas, una entrevista genial publicada en la revista Sur Exprés... Una amplia muestra del imaginario complejísimo de este caballero ambulante que despreció la fama y la cultura, que aspiró a ser un "príncipe del silencio" y un hombre libre y que, a pesar de todo, se dedicó a escribir, entre 1973 y 1986, para regresar sólo al final, cuando inventó y dibujó el cuento Pernambuco, el elefante blanco, un maravilloso último regalo para su hija.
Lo terminó el 6 de enero (sus hermanos lo quieren publicar ahora en edición facsímil), y dos días después Pe Cas Cor se metió bajo un tren para viajar solo, a lo suyo. "¡El artista sólo debe crear dentro de sí mismo!", escribe en el manifiesto que abre Verdades a medias.
Antón lee el libro como un paseo por un campo abierto, como una dispersión unitaria, profética y vital, atrevida, grave y humorística a la vez. Nicolás prefiere un viaje en montaña rusa por una ciudad: inteligente, sinuoso, bello y terrible. Martín lo ve moderno, es decir, vigente para siempre. Los tres intuyen que Pedro de ninguna manera habría acudido a este acto. Pero no ven traición, sino amor, en que una minoría lea y conozca.
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