Magdalena Lasala recrea en una novela el esplendor del Califato de Córdoba
La historia de Medina Azahara, la impresionante ciudad palatina mandada construir por Abderramán III en el año 936 y destruida por los bereberes en la primera década del siglo XI, es narrada por Magdalena Lasala (Zaragoza, 1958) en su primera novela, La estirpe de la mariposa, publicada por Emecé, que fue presentada el martes en la librería Antonio Machado de Sevilla. Lasala, poetisa y actriz, ha querido recrear el esplendor del Califato de Córdoba (929-1031) y de la dinastía omeya a través de cinco generaciones de mujeres "y de los hombres que las amaron", comenta la escritora, coautora junto a Ángeles de Irisarri del libro de relatos Moras y cristianas. La escritora, fascinada por la cultura andalusí, ha querido recuperar una "época y un lugar injustamente olvidados". Tras un largo proceso de investigación que comenzó hace 10 años, ha intentado reconstruir, "en un contexto histórico fiel, el pensamiento que animó ese momento histórico". "Medina Azahara resume el esplendor del Califato de Córdoba, que se convirtió en la capital cultural de Occidente. En este palacio, concebido a la vez como como fortaleza, paraíso terrenal y refugio personal, está la base del pensamiento andalusí, la idea de belleza como acercamiento a la espiritualidad y como medio de conocimiento. Es el símbolo de una dinastía, la omeya, y de una forma de concebir la existencia que estaba llamada a desaparecer", explica Lasala. La construcción de Medina Azahara, su esplendor y su decadencia y el reinado de los califas Abderramán III, Al-Hakam II y Hixam II se describen a través de la historia de cinco mujeres, "cinco cortesanas, mujeres poderosas y cultas, amantes de los califas, que viven el amor y el placer como parte de su destino", dice Lasala. Un colgante de cuarzo rosado en forma de mariposa es el legado que se transmiten unas a otras, "que representa su feminidad e independencia. El vuelo de la mariposa es breve, pero espléndido, como ocurrió con Medina Azahara", añade. De las cinco protagonistas, sólo una es un personaje real, Lubná, que fue secretaria de Al-Hakam II, calígrafa y experta en gramática y aritmética, además de poetisa. Junto a una minuciosa descripción de la vida palaciega, Lasala se ha acercado a los gobernantes: "De Abderramán III, el fundador del Califato independiente de Bagdad, he tomado su poder carismático de líder. Su hijo, Al-Hakam II, que creó una de las bibliotecas más importantes de la época, representa en el libro la sabiduría". En La estirpe de la mariposa también aparece Almanzor, el poderoso primer ministro de Hixam II, "un hombre ambicioso, con todos los atributos para ser califa, pero que pone su capacidad al servicio de su persona". La autora, que se sintió atraída por la cultura andalusí desde que leyó El collar de la paloma, se dedica desde 1992 a dar recitales poéticos de autores como Ibn Hazm o Jehudá Ha Leví. "En la poesía andalusí está el principio de la poesía cortés, la mística e incluso la de la Federico García Lorca", sostiene.
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