Los especialistas no consideran concluyente la diferencia genética hallada en 'Dolly'
La comunicación sobre el hallazgo de una diferencia mínima en el material genético de la oveja Dolly, hecha por sus propietarios la pasada semana en una carta a la revista Nature, ha interesado a los especialistas del campo, que, sin embargo, critican el método utilizado y no creen que de esta diferencia se pueda inferir nada sobre el futuro de la famosa oveja.Los científicos autores del estudio, de la empresa PPL Therapeutics y del Instituto Roslin, entre ellos Ian Wilmut, considerado el padre de Dolly, han encontrado que los telómeros de los cromosomas de la oveja son ligeramente más cortos que los de otras ovejas normales de su edad. Los telómeros son secuencias de ADN situadas en los extremos de los cromosomas, que se han relacionado con la protección de los cromosomas, al impedir la fusión de sus extremos, y con el envejecimiento y la muerte celular. Esto último es debido a que los telómeros se van acortando a medida que se suceden las divisiones de las células. Como casi todo en biología celular la relación causa-efecto entre longitud de los telómeros y el envejecimiento, no sólo de las células sino del organismo entero, se está revelando muy complicada, pero existen indicios de que algunos fenómenos asociados al envejecimiento sí están relacionados con el acortamiento de los telómeros, aunque algunos especialistas todavía sostienen que puede ser un indicador y no una causa.
Papel crítico
María Antonia Blasco, especialista española en este campo, explica que se ha demostrado ya que en ratones deficientes en telomerasa (la enzima que hace la labor de mantenimiento de los telómeros) se dan signos de envejecimiento prematuro cuando los telómeros se acortan a una longitud crítica, especialmente en los sistemas inmune y digestivo, cuyas células son las que más se dividen. Los ratones se mueren antes, responden peor al estrés fisico, como las heridas y en ellos se dan más casos de cáncer. Blasco y otros especialistas afirmaban al presentar estos datos en la revista Cell el pasado 5 de marzo: "Estos descubrimientos demuestran el papel crítico de la longitud de los telómeros en el bienestar general del organismo que envejece".Otro estudio, realizado por Blasco y su equipo del Centro Nacional de Biotecnología, que se publica en la revista The EMBO Journal, demuestra que los ratones deficientes en telomerasa solo pueden reproducirse entre seis y cuatro generaciones porque cada generación es menos fértil, muere antes y muestra más síntomas de enfermedad asociados a la deficiencia de telomerasa que la anterior.
Los animales clonados pueden tener los telómeros más cortos por dos razones, porque proceden de células cultivadas que se han dividido muchas veces en laboratorio, y porque las células de las que proceden tienen una cierta edad. Si estos resultados fueran extrapolables directamente a los animales clonados, esto querría decir que los clones y sus descendientes vivirían menos y tendrían más enfermedades que los animales reproducidos por la vía natural. Un panorama poco alentador para la clonación a gran escala en general y para la clonación humana en particular.
Faltan datos
El problema es que los datos presentados no resultan convincentes y todavía no se dispone de los de otros animales clonados. Los autores del estudio de Dolly y dos ovejas clonadas más no han utilizado la técnica más precisa, ya que no han colaborado con los especialistas que disponen de ella. "Las diferencias que presentan -los telómeros son más cortos entre 19 y 22 kilobases- resultan poco significativas", explica Blasco, quien, sin embargo, señala que será interesante ver si Dolly presenta síntomas de envejecimiento prematuro.Según Wilmut, el reloj biológico de los telómeros claramente no se ha puesto a cero durante la clonación, aunque no sabe cuáles serán las consecuencias. Varios especialistas estadounidenses se han mostardo escépticos. Robert Weinberg ha dicho: "La resolución de los geles no es buena en este rango"; Judith Campbell no se ha mostrado convencida por los datos y Hubert Warner dice que los resultados son un poco chapuzas. El tiempo, y más datos, lo dirán.
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