Autores para todos los gustos durante tres fines de semana

Escritores famosos como Antonio Gala, Carmen Posadas, Luis Carandell, Maruja Torres o Eduardo Haro-Tecglen; historiadores como Ian Gibson, o políticos en funciones literarias como Santiago Carrillo, Carmen Alborch o Cristina Almeida ocuparán las casetas de la Feria del Libro durante los tres fines de semana que abarca la Feria del Libro de Madrid. Todos los editores y libreros coinciden en que el contacto directo de los lectores con los autores supone uno de los principales alicientes de esta cita, donde se concentran todos los esfuerzos anuales del mundo del libro. Largas colas formarán parte desde hoy mismo del paisaje del Retiro.Si bien la Feria de Madrid viene precedida de certámenes similares en otras ciudades grandes y pequeñas de España, la industria del libro y el montaje en torno a ella reservan la mayor parte de sus baterías para la primera quincena de junio en la capital de España. Agotados y exhaustos por la sobrecarga de trabajo de los últimos meses, los responsables del negocio editorial ya contaban ayer los días que restan hasta el 13 de junio. Pasada esa fecha, las editoriales se concentran en un trabajo más interno que externo para preparar la próxima temporada otoño-invierno y dejan que los libros funcionen durante el verano con el impulso recibido en un periodo que se abre el 23 de abril, aniversario de Cervantes y día de Sant Jordi, y culmina con el final de la cita madrileña.

Concentración de novedades

No obstante, cada vez aumentan más los editores o autores que consideran un despropósito que los lanzamientos de novedades se concentren de tal forma en los periodos de noviembre-diciembre y abril-mayo que, salvo los autores consagrados, el resto de escritores que sale al mercado pasa inadvertido en una vorágine de 55.774 títulos al año. Así las cosas, algunos escritores ya prefieren publicar sus novelas o sus ensayos en meses como febrero, marzo, julio, septiembre u octubre, cuando la fugacidad de las novedades no eclipsan unas a las otras. Esta espiral competitiva provocó el año pasado una agria polémica entre los organizadores y algunas editoriales por el listado de los títulos más vendidos.

De cualquier modo, la Feria del Libro de Madrid significa, sobre todo, una gran fiesta cultural, donde las actividades para los niños y las mesas redondas coinciden con los pabellones de libro electrónico y donde la gente se cita para dar un paseo o quedar con los amigos. Desde las grandes compañías editoriales a los sellos de organizaciones no gubernamentales, todos encuentran un sitio en el paseo de coches del Retiro. El espectáculo de la cultura da cabida a iniciativas de todo tipo, como el globo aerostático que el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) ha instalado en la feria en defensa del derecho de autor.