Trece de cada cien españoles mayores de 25 años padecen obesidad

El tratamiento de la obesidad y sus patologías asociadas supone cada año en España un desembolso de 341.000 millones de pesetas, cifra que equivale al 7% del gasto sanitario total. En la actualidad, un 13% de la población mayor de 25 años padece esta enfermedad. Los especialistas advierten que si se mantiene la tendencia, en los próximos seis años la proporción aumentará por encima del 18%.

El sobrepeso -el exceso de kilos que no llega a considerarse una dolencia- se cifra actualmente en un 19% de la población y se estima que en el año 2005 alcanzará el 25%.Los datos corresponden a una investigación hecha por el Gabinete de Estudios Sociológicos Bernard Krief, dada a conocer ayer en el 41º Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología, que se celebra en Torremolinos hasta hoy. Según el trabajo, del gasto total de 341.000 millones, alrededor de 218.000 (64%) corresponden al desembolso que las personas obesas hacen en productos dietéticos, gimnasios, cremas o masajes.

El coste directo derivado de la asistencia sanitaria suma otros 84.000 millones (25%), mientras que los gastos indirectos causados por baja o invalidez ascienden a algo más de 38.000 millones (11%).

El estudio pone de manifiesto que los obesos inician tratamientos más por razones estéticas y de aceptación social que de prevención. Los endocrinólogos reunidos en Torremolinos corroboraron esta conclusión y advirtieron del peligro que suponen las fórmulas mágicas para perder peso.

Según su experiencia, los ingresos hospitalarios por el consumo de productos milagro se incrementan sensiblemente durante los meses de primavera. "Hay mezclas explosivas que pueden ser muy peligrosas y traer aparejadas complicaciones severas. No hay soluciones milagrosas. El tratamiento debe ser integral, con dieta, ejercicio y fármacos cuya eficacia esté científicamente demostrada", aclaró el especialista catalán Xavier Formiguera.

Hasta ahora hay dos medicamentos para tratar la obesidad, uno que disminuye la absorción intestinal de la grasa y otro que aumenta el gasto de calorías y disminuye el apetito. Formiguera afirmó que "se puede pensar que ambos fármacos son complementarios, pero no hay aún ningún estudio que aconseje su uso conjunto". En su opinión, la Administración sanitaria debería realizar campañas de información para que los enfermos "no caigan en manos de desaprensivos ni crean en milagros. No se puede perder mucho peso, en poco tiempo y sin esfuerzo. Eso sólo se consigue en Lourdes"