El Tribunal de La Haya procesa a Milosevic por los crímenes de la 'limpieza étnica' en Kosovo

El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, no podrá moverse de Serbia ni tan siquiera para negociar. El Tribunal Penal Internacional de La Haya para la antigua Yugoslavia ha dictado una orden de arresto internacional que, al menos teóricamente, obliga a los miembros de Naciones Unidas a detenerlo y entregarlo a los jueces de La Haya para que sea juzgado. En el golpe más fuerte que el tribunal ha asestado desde su creación en 1993, la fiscal jefe Louise Arbour le acusa, junto a otros cuatro de los más altos cargos de Yugoslavia, de ser el responsable de numerosas atrocidades y crímenes contra la humanidad, entre los que se incluyen ejecuciones sumarias, matanzas, deportación y persecuciones de los albanokosovares entre enero y abril de este año.

Con la seguridad que le caracteriza, aunque un poco tensa, consciente de que era la primera vez que se acusaba a un jefe de Estado activo y en un momento decisivo para las negociaciones, Arbour aseguró que los investigadores del tribunal habían reunido pruebas contundentes para responsabilizar a los cinco altos cargos no sólo de "responsabilidad jeráquica" en las campañas contra la población albanesa de Kosovo, sino también de "reponsabilidad directa". Pero la fiscal eludió responder a las preguntas sobre la procedencia de las pruebas: "No vamos a desvelar los detalles de nuestra investigación hasta que Milosevic esté en el banquillo de los acusados". Sin embargo, reconoció estar recibiendo datos de los Estados miembros: "Hemos recibido y continuamos recibiendo valiosa información de gobiernos así como de grupos e individuos. Continuamos esperando más pruebas y creo que muchos Estados están en situación de contribuir a investigaciones más profundas". Una de las aportaciones con las que ha contado la fiscal Arbour ha sido un informe de 300 páginas remitido el 12 de mayo pasado por la organización humanitaria Asociación para las Personas Amenazadas, en la que se glosan violaciones, deportaciones y palizas infligidas a los kosovares, según indicó ayer la entidad en Sarajevo. Lo que sí admitió Arbour es haber conducido una rápida investigación en las zonas fronterizas con Kosovo, por donde escapan los refugiados.El equipo de la fiscalía responsabiliza junto al presidente de Yugoslavia, a su viceprimer ministro Nikola Sainovic, al jefe de las Fuerzas Armadas, Dragoljub Ojdanic, a Milan Milutinovic, presidente de la República de Serbia (que integra la federación junto a Montenegro) y a su ministro de Interior, Vlajko Stojiljkovic, de "ordenar, planificar, instigar, ejecutar y ayudar" en las brutales violaciones de los derechos humanos perpetradas en Kosovo. La fiscal reconoce el poder de los cinco acusados. "Tienen un enorme control sobre su territorio, recursos y todo el aparato del Estado", dijo.

340 asesinatos

Milosevic, considerado el arquitecto de las guerras de Bosnia y Croacia, y de la resurrección de la Gran Serbia, está acusado de la deportación de 740.000 kosovares y el asesinato de 340. Estas víctimas, hombres jóvenes, mujeres y niños, han sido encontradas e identificadas en los primeros meses de este año, aunque Aurbour no precisó por quién.

El documento habla de ataques cuidadosamente orquestados de las Fuerzas Armadas de Yugoslavia, la policía de Serbia y grupos paramilitares. También recoge su patrón de actuación: "Se ordenaba a los habitantes de los pueblos y de las ciudades que abandonaran sus hogares bajo amenaza de muerte. Les robaban sus pertenencias y prendían sus casas". La acusación subraya que se separaba a los hombres de las mujeres y los niños y los ejecutaban sin piedad.

La instrucción recoge hechos ocurridos entre enero y abril de este año, cuando se recrudeció la limpieza étnica en Kosovo. Sin embargo, Arbour, que sigue acumulando pruebas, no descartó que se pueda responsabilizar a Milosevic, ya denominado Baby face (cara de niño) por la cara inocente con la que aparece en público, de otras violaciones de los derechos humanos en Kosovo y de las atrocidades en Bosnia y Croacia. Junto a la orden de busca y arresto internacional, el tribunal ha pedido a los estados miembros y a Suiza que congelen las cuentas y propiedades que los acusados puedan tener en el extranjero.

La acusación de Milosevic puede colocar a la OTAN en una difícil situación para alcanzar un acuerdo con el que es considerado un criminal de guerra, pero Arbour no quiso evaluar las consecuencias de su decisión. "No voy a dar consejos", dijo evasivamente en más de una ocasión.

La canadiense Arbour reaccionó casi con vehemencia cuando alguno de los periodistas insinuó la posibilidad de que el tribunal haya cedido a presiones estadounidenses para hacer ahora público el procesamiento de Milosevic y justificar una intervención terrestre. "El tribunal siempre ha actuado de forma independiente y no recibimos ni aceptamos intrucciones de ningún país", recalcó. Y ¿se le llegará a juzgar? "Eso espero", contestó lacónica.