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GUERRA EN YUGOSLAVIA Los refugiados

El jefe de la misión de la ONU en Kosovo afirma que vio señales de limpieza étnica a gran escala

El brasileño Sergio Vieira de Mello, jefe de la misión de la ONU que inspeccionó Kosovo en los últimos días, declaró ayer en Podgorica, capital de la república yugoslava de Montenegro, que se sintió indignado ante las señales claras de limpieza étnica a gran escala observadas en la asolada provincia del sur de Serbia. Vieira de Mello dijo que todo lo que vio durante el viaje de tres días a Kosovo indica que las fuerzas serbias han expulsado a los albanokosovares y dejado a su paso casas ardiendo y ciudades fantasma. "En una palabra, es bastante repulsivo", dijo ayer, al día siguiente de su regreso de Kosovo.

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"Hemos visto bastantes evidencias y escuchado testimonios suficientes como para confirmar que hubo una tentativa de desplazar interna y externamente a un escandaloso número de civiles", declaró el subsecretario de la ONU para asuntos humanitarios. Declinó Vieira de Mello dar más detalles sobre sus hallazgos con el argumento de que primero debe informar al secretario general de la ONU, Kofi Annan. Antes de esto, el funcionario tiene previsto regresar a Belgrado hoy para mantener conversaciones con las autoridades yugoslavas.Vieira de Mello declaró también que los serbios no permitieron a su amplio equipo el acceso a todas las áreas de Kosovo que querían visitar. No obstante, la misión pudo reunirse con albanokosovares desplazados que se encontraban en una situación especialmente peligrosa en la provincia asolada por la guerra. "Esos que hemos visto se encontraban todavía en una situación necesitada de urgente ayuda humanitaria, pero lo que es quizás más importante, necesitados de seguridad y confianza. Esto es mucho más difícil de proveer que la ayuda humanitaria", dijo Vieira de Mello.

Dirigentes de la OTAN se han comprometido a conseguir el retorno de centenares de miles de refugiados albanokosovares a sus hogares antes de que se eche encima el invierno. Según Vieira de Mello, esto sería técnicamente posible si se les diese a los desplazados ayuda para la reconstrucción de sus casas e infraestructuras destrozadas. Vieira de Mello declaró: "No estoy diciendo que esto vaya a pasar, pero sí que con recursos puede conseguirse, lo hemos logrado en circunstancias mucho peores en otros lugares". No obstante, añadió, "ésta no es la cuestión aquí. El tema es la seguridad. Esta gente no quiere regresar a menos que tenga una sensación de seguridad. Está claro que esa gente no retornará sin una presencia internacional".

El presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, rechaza la idea de que un cuerpo de paz internacional con armamento pesado entre en Kosovo como parte de un acuerdo de paz. Los dirigentes occidentales afirman que sólo un fuerte contingente de la OTAN puede garantizar la seguridad de los albanokosovares. También criticó Vieira de Mello al Ejército de Yugoslavia por bloquear estos días la ayuda humanitaria destinada a Montenegro, muy necesaria, y añadió que trataría este asunto "al más alto nivel", cuando vaya a Belgrado.

Montenegro es el último socio serbio en la Federación Yugoslava, pero ha denunciado la política de Belgrado en Kosovo y dado refugio a alrededor de 70.000 desplazados albanokosovares en las últimas ocho semanas.

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Las tropas yugoslavas, que reciben órdenes de Belgrado, bloquearon la semana pasada el principal punto fronterizo de Montenegro y confiscaron ayuda humanitaria enviada por Francia e Italia.

Otros siete camiones con ayuda fueron bloqueados por los soldados en la frontera croata. "Esto es lo opuesto a los principios humanitarios básicos y elementales", declaró Vieira de Mello.

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