Sale a subasta la decoración de dos mansiones señoriales en Mallorca

Los ocho herederos Truyols Rovira han desnudado sus dos casas palaciegas y han sacado la decoración a subasta. Estos posnobles contemporáneos, hijos de los marqueses de Bellpuig -que fallecieron hace pocos años en Mallorca-, decidieron fragmentar en lotes su considerable herencia patrimonial, bienes acumulados durante generaciones de enlaces cerrados y pactos elitistas entre familias y ramas de terratenientes.

La casa Christie"s empezó en la tarde de ayer -con la presencia de 400 personas y decenas de clientes conectados por teléfono- la subasta general de una parte de esta fortuna, que se disgrega y materializa en pesetas por primera vez en siglos de historia. La decoración general y los bienes muebles de dos de las mansiones señoriales: la del llamado castillo de Bendinat (Calvià) y la de Ca"n Puig, un caserón palaciego del centro de Palma.Hasta 700 millones de pesetas se calcula recaudar en dos días de operativo comercial público por la venta -en puja abierta y con posturas previas escritas- de las pinturas, muebles, ajuar general, piezas de porcelana y plata, así como un universo de objetos diversos: desde un perrito en miniatura de jardín, una silla rústica de establo o collarones de caballos hasta cajitas de té, muebles de marquetería o consolas y cornucopias barrocas.

Se abrió el fuego con una pareja de cañones españoles de hierro "al estilo del siglo XVII", y de inmediato el mercado se situó, respondió al alza, disputándose rápidamente las piezas, que siempre llegaron a su estimación prevista y en muchas ocasiones la duplicaron. Las joyas de un minucioso catálogo eran una pareja de bargueños napolitanos (35 millones de pesetas), un dúo de armarios mallorquines pintados (30 millones) y un bodegón atribuido al maestro de Hartford (50-70 millones).

Lucía P., una pintora y marquesa castellana que acompañaba a una noble viuda catalana, se lamentó, poco después de empezar la puja, del ritmo alcista de la sesión. "Esta cerrada disputa", dijo, "de muchos compradores internacionales asistentes nos desplaza. Pretendíamos una sillería italiana de abedul del siglo pasado y se ha ido hasta dos veces lo estimado".

Los expertos ajenos a los interesados en la subasta han resaltado la singularidad del conjunto de piezas, el buen gusto atesorado por 30 generaciones de millonarios conectados con todos los países del Mediterráneo, pero han reseñado que no existe estrictamente una colección artística congruente.