La gran demanda de energía impide a España cumplir la cuota europea de fuentes limpias

España ocupa ya el tercer puesto europeo en producción de energía eólica, pero, a pesar del despegue de esa energía, que evita la emisión de millones de kilos de CO2 y otros gases contaminantes a la atmósfera, el resto de energías renovables no crece a la misma velocidad que en Europa, donde los responsables del sector se han comprometido a cubrir con fuentes limpias el 12% de la demanda para el 2010. De momento, España sólo alcanza el 6,5%, y tanto Industria como las comunidades autónomas creen que la meta es inalcanzable, debido al gran aumento del consumo energético.

En la última década los molinos de viento han escapado definitivamente de la literatura cervantina. Se han convertido en una potente fuente de energía limpia y renovable, capaz de producir corriente eléctrica aunque el viento sople a menos de seis metros por segundo, algo impensable cuando empezaron a funcionar las primeras instalaciones en Tarifa, junto al estrecho de Gibraltar, en 1995.En pocos años la energía eólica ha crecido cerca del 40%, mientras sus costes se han reducido casi en la misma proporción. A finales de diciembre pasado la potencia instalada alcanzaba ya en España los 1.834 megavatios (equivalente al consumo de 366.800 familias).

La semana próxima el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, pondrá la primera piedra del parque eólico más grande del mundo. Cuando esté concluido, los molinos de Higueruela (Albacete), producirán 111 megavatios, una potencia energética capaz de atender el consumo de electricidad de más de 22.200 familias manchegas.

Sin embargo, Esteban Borrás, gerente de EHN, la empresa semipública que construye el parque de Higueruela y que ha situado a Navarra a la cabeza de la energía eólica en España, no ve factible alcanzar el objetivo europeo de fuentes limpias a pesar de que esa comunidad autónoma rebasa claramente esa cuota con un 23%. En el último año la demanda energética en Navarra ha crecido un 7%, y si el ritmo de crecimiento se mantiene a ese nivel, Borrás asegura que será difícil atenderlo con energía renovable.

Albert Mitja, director general de energía y minas de la Generalitat de Catalunya, sostiene la misma opinión, y Cayetano Hernández, director de operaciones del IDAE, comparte ese pronóstico. Así lo manifestaron todos ellos en la tercera conferencia internacional sobre promoción y desarrollo de las energías renovables, celebrada la pasada semana en Pamplona.

La energía eólica mantiene el liderazgo absoluto entre todas las fuentes energéticas limpias en España. Pero en otros países como Dinamarca, su Parlamento ha propuesto que para los próximos 20 años los molinos de viento aporten el 40% de todo el consumo energético nacional. Como en este país nórdico apenas queda espacio para nuevos parques eólicos, se plantean instalarlos en el mar.

Multiplicar por siete la capacidad actual instalada de energía eólica a finales del pasado año encuentra dificultades para su desarrollo por la falta de planes de ordenación territorial, la reticencia de los ayuntamientos a conceder licencias, la ausencia de puntos de conexión accesibles a la red eléctrica y la oposición de las organizaciones ecologistas locales, ya que las de ámbito nacional son muy receptivas a este tipo de energía limpia, asegura Cayetano Hernández.

Hasta que la eólica alcance las expectativas que promete, la energía renovable más desarrollada es la hidráulica, que dispone de 2.500 megavatios potenciales sin explotar. Nuevamente son los ayuntamientos y otras administraciones las que demoran la concesión de licencias -en algunos casos se superan los ocho años-,según se denunció en Pamplona.

A mucha distancia le siguen la energía generada por la combustión de biomasa (residuos forestales y agrícolas, pasta de papel, cultivos energéticos y otras actividades como la paja de cereales y los residuos del procesamiento de la aceituna) cuyo despegue, muy incipiente en España, está a merced de proporcionar una mayor garantía y seguridad en la producción de estos residuos, para abastecer en continuo las plantas de tratamiento.

Pese a ser uno de los países con más horas de sol, su aprovechamiento como fuente energética limpia queda lejos en España de los rendimientos que se obtienen en países como Alemania. Apenas alcanza el 1%, pese a que su potencial es ilimitado. En la producción de agua caliente existe una capacidad viable de 27 millones de metros cuadrados, que no se alcanzarán en tanto no se regule su aplicación en las edificaciones. Salvo el caso aislado del municipio de Barcelona, ni las administraciones públicas en general, ni los ayuntamientos, facilitan su desarrollo.

Carmen Becerril, directora general del IDAE, asegura que en ocho años se amortizan las inversiones iniciales, por lo que debería extenderse la obligatoriedad de que todos los nuevos edificios cuenten con preinstalaciones, para que las comunidades de vecinos incorporen con posterioridad y voluntariamente este procedimiento tan barato y limpio de obtener agua caliente.

En la cola del desarrollo se sitúa la energía solar fotovoltaica. La mayoría de los asistentes a las jornadas de Pamplona comparten la opinión de que su crecimiento es ilimitado, y encuentran que la razón de su estancamiento y nulo despegue vuelven a ser las trabas para la conexión a la red eléctrica y el elevado coste de la inversión inicial.

Luis Corbo, director comercial de BP (British Petroleum) solar, primer fabricante del mundo de paneles solares, ha anunciado que su empresa tiene previsto montar 20 instalaciones en los techos de otras tantas gasolineras que la compañía tiene en España, pero las trabas que las comunidades autónomas están poniendo y los requerimientos técnicos que exigen las empresas técnicas para la conexión a la red han provocado que la petrolera esté reconsiderando sus planes. En este campo el futuro se dirige hacia los paneles solares de película fina, de menor rendimiento que los de silicio pero de un coste mucho más reducido.

El pujante sector de las energías renovables se mantiene a la expectativa del plan de fomento, que el ministerio de Industria negocia con las comunidades autónomas para poderlo aprobar antes del verano.