Las empresas de trabajo temporal triplican en cuatro años su cifra de contratación

La actuación de las empresas de trabajo temporal (ETT) crece como la espuma: ya gestionan uno de cada cuatro contratos temporales, según el Gobierno regional. El año pasado, estas compañías que prestan trabajadores a otras firmas hicieron 337.709 contratos para la cesión temporal de sus empleados a empresas usuarias, más del triple de los que realizaron en 1995. El auge no apaga la polémica que suscitan: a las críticas sindicales se suman las del consejero de Economía, quien ha propuesto a las ETT pactar un código ético contra los abusos y la competencia desleal.

Las razones del auge son controvertidas. Según los responsables de las ETT, la clave del éxito reside en su gestión ágil de las demandas de las empresas para cubrir necesidades coyunturales. Para los sindicatos hay otro motivo: los trabajadores de ETT cobran menos que los de las empresas a las que son cedidos y suelen padecer condiciones laborales abusivas."Los excesos están a la orden del día y es muy difícil pillar a las ETT con las manos en la masa", señala el secretario de acción sindical de Comisiones Obreras, Gregorio Marchán. Su homólogo en UGT, Miguel Ángel Abejón, acusa: "Las cláusulas abusivas están generalizadas en los contratos que hacen a los empleados que luego ceden a otras firmas". Ambos califican a las ETT como una fuente de trabajo precario.

Desde la Asociación Estatal de Empresas de Trabajo Temporal (AETT, la mayor patronal de las dos existentes), su secretario general, Ricardo Rodríguez Castañón, defiende la buena práctica de las compañías: "Nosotros no creamos los empleos eventuales, sólo los gestionamos. Tampoco somos responsables del mal uso de la flexibilidad que puedan hacer las empresas que piden trabajadores cedidos".

El director general de Empleo de la Comunidad, Javier Vallejo, apunta: "Cometen más infracciones las empresas usuarias de las ETT que las propias ETT". El año pasado, la Consejería de Economía ordenó la inspección de 38 empresas de trabajo temporal de ámbito regional: en ellas se encontraron cuatro infracciones directas. En cambio, en las 266 revisiones cursadas en las empresas usuarias se apreciaron 75 infracciones, que supusieron sanciones por 34,5 millones de pesetas, señala Vallejo.

El consejero de Economía, Luis Blázquez, no se muerde la lengua al hablar de las empresas de contratación temporal (legalizadas en 1994), que tienen en Madrid uno de sus mayores mercados. "No han empezado a trabajar como tales empresas, han ido al prestamismo laboral", decía días atrás a este periódico.

"Competencia feroz"

"Entre ellas sostienen una competencia feroz. Ceden trabajadores a un precio muy barato. Esas bajas temerarias han supuesto una ruptura perversa del mercado", añadía.

Blázquez propugna como remedio "la autorregulación del sector, con un código pactado de buenas prácticas".

Las dos patronales aceptan la iniciativa a priori. "Adoptar ese sistema obligaría a abandonar el mercado a las empresas que incurren en prácticas ilegales, como el intrusismo, y se evitaría la competencia desleal", afirma Rodríguez Castañón.

"La autorregulación permitiría establecer reglas del juego comunes e incluso pactar las tarifas", apunta Antonio de la Fuente, secretario general de la otra patronal, FEDETT, que agrupa a menor número de empresas, sobre todo pequeñas. Esta asociación ya ha elaborado un decálogo de buenas prácticas para sus miembros.

Los sindicatos acogen con recelo la iniciativa. "Esto de la autorregulación es como poner a la zorra al cuidado del gallinero", tercia Marchán. "Es una broma de la Administración, cuyo deber es hacer cumplir la ley. Es como si propusieran que los ciudadanos se autorregularan para pagar impuestos", apunta Abejón.

Para los sindicatos, la dura lucha que libran entre ellas las empresas de trabajo temporal para lograr la mayor cuota posible de su creciente mercado es un inconveniente más para la "precaria situación" de sus trabajadores. "El verdadero problema de las ETT es que son empresas con ánimo de lucro cuya mercancía es el trabajo humano", zanja Abejón.

Mujeres y jóvenes

Los jóvenes y las mujeres son la principal cantera de las empresas de trabajo temporal. Según CCOO, los menores de 24 años (sobre todo varones) con escasos estudios y cualificación copan la mayoría de los contratos, de los que un tercio tiene una duración inferior a cinco días. La patronal AETT señala que los menores de 30 años suponen el 74% de los contratados, muchos de los cuales acceden así a su primer empleo. El 41% del total son mujeres.

Comisiones Obreras considera que el auge de esta contratación tiene efectos negativos: "Los jóvenes cobran menos, tienen menos derechos y sufren condiciones más precarias".

En una línea más radical, la Confederación General del Trabajo (CGT) ha emprendido una campaña con un gráfico lema: "A patadas con las ETT".

Por otra parte, las oficinas de estas empresas han sufrido diversos atentados en diferentes puntos de España, sobre todo en el País Vasco. De los cinco ocurridos en Madrid (entre enero de 1998 y febrero de 1999), dos han sido reivindicados por los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO). Provocaron daños materiales.