ACNUR evita que Macedonia expulse a parte de los 15.000 refugiados llegados en dos días
Formando una inmensa columna humana, más de 7.000 deportados kosovares llegaron ayer a la frontera de Macedonia. La mitad desembocó durante el día en lo que parecía su último destino: el campo de Blace. A la caída de la noche, entre 3.000 y 4.000 estaban aún en tierra de nadie, entre las dos fronteras. Las autoridades macedonias intentaron aprovechar la oscuridad para desplazar hacia Albania un convoy de autobuses de refugiados. Esta madrugada, ACNUR logró impedirlo. El sábado, un tren y media docena de autobuses vomitaron sobre Blace casi 8.000 deportados. 15.000 kosovares en dos días, la mayor avalancha desde que, a principios de mes, Macedonia decidiera cerrar sus fronteras.
"Estoy harto de venir a la frontera en medio de la noche para luchar contra la impunidad de las autoridades macedonias", declaró indignado poco después de la media noche Dennis McNamara, enviado especial de la ONU para los Balcanes, en el puesto fronterizo de Blace. Allí, en medio de una intensa lluvia, McNamara logró parar lo que parecía un nuevo intento de desalojar por la fuerza a los últimos deportados llegados a Macedonia."No vamos a permitir que se los lleven. No es ése el acuerdo que la ONU tiene con el Gobierno de Macedonia", argumentaba McNamara. Mientras, miembros de ACNUR desplazados hasta la frontera intentaban bloquear con sus coches el paso al convoy de autobuses con los que las autoridades macedonias querían despejar Blace.
A la 1.30 de esta madrugada, McNamara logró el compromiso de los representantes del Gobierno macedonio para que desistieran de su intento de evacuar hacia Albania esta última ola de refugiados. Los autocares, escoltados por coches de ACNUR y taxis de los periodistas, pusieron rumbo al campo de Blace. Con el compromiso de llevarles hoy, y a la luz del día, al campamento de Stankovic I, también en Macedonia.
"Grave error"
El representante de la ONU intentó calmar los ánimos al asegurar que "sólo ha habido un mal entendido y un grave error". Miembros de ACNUR, entretanto, recordaban cómo a principios de abril el mismo campamento de Blace fue desalojado de madrugada y a culetazos. En aquella ocasión no hubo testigos ni de Naciones Unidas ni de la prensa.
ACNUR había asegurado horas antes que Macedonia está en disposición de acoger a este nuevo flujo de deportados. Aunque según su portavoz, la situación será muy distinta "de cara a los días venideros si continúan llegando refugiados", pese a que el Gobierno macedonio tenía previsto preparar hoy dos nuevos campos.
A juicio de la organización de Naciones Unidas, las llegadas masivas de los últimos días podrían deberse a que en Kosovo "se ha extendido la noticia" de que el paso por la frontera macedonia es otra vez posible. Blace ha sido cerrado a los expulsados albanokosovares en varias ocasiones. Tanto por el lado serbio como por el macedonio.
Quienes ayer cruzaron la frontera macedonia para elevar hasta más de 230.000 el número de deportados en este pequeño país balcánico parecían más agotados que sus anteriores compañeros de éxodo. "Algunos es la tercera vez que intentan abandonar Kosovo", aseguró Ron Redmond, portavoz de ACNUR.
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