EE UU y Rusia discrepan aún sobre las fuerzas internacionales

Moscú reconoció ayer que todavía se mantienen importantes divergencias entre Rusia y EEUU en lo que concierne a la posible solución del conflicto de los Balcanes tras la infructuosa y larga reunión entre los mediadores de Rusia, EEUU y la Unión Europea, Víktor Chernomirdin, Strobe Talbott y Martti Ahtisaari.El ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, dijo ayer que las principales diferencias entre Washington y Moscú se refieren a "la presencia de fuerzas internacionales de seguridad en Yugoslavia" y a la retirada de las tropas y la policía serbias de Kosovo. Ivanov insistió en que los bombardeos contra Yugoslavia "deben ser destituidos completamente". "En cuanto a lo que se refiere a una pausa en los bombardeos, hay que decir que existen todas las condiciones y posibilidades para ello". Subrayó que lo único que falta es "voluntad política".

"Tratamos todo el espectro de problemas relacionados con el conflicto de Kosovo", dijo Ivanov refiriéndose a sus conversaciones con Bildt y Papandreu. La discusión entre ellos abarcó también los problemas que surgirán una vez finalizado el conflicto.

Bildt y Papandreu

Sorprendentemente, ni Bildt ni Papandreu pudieron reunirse con el representante especial para los Balcanes, quien no encontró mejor explicación que decir que no tenía tiempo. La justificación de Chernomirdin no puede ser más absurda, pues su actual trabajo consiste precisamente en reunirse con todo el que pueda contribuir a buscar una solución al problema yugoslavo y encontrar puntos comunes entre las posiciones de Rusia y la OTAN.

Las razones del plantón que dio Chernomirdin pueden ser tres. La primera, que el mediador ruso simplemente quedó tan agotado y frustrado después de sus largas e infructuosas conversaciones del jueves por la noche con el subsecretario de Estado norteamericano, Strobe Talbott, y el presidente del Finlandia, Martti Ahtisaari, que simplemente no se encontró con fuerzas para ver a Bildt y Papandreu; la segunda, que realmente haya recibido, como se especulaba ayer, el ofrecimiento de ocupar un puesto importante en el Gobierno o en la Administración presidencial. La tercera y más probable razón es que Rusia esté pensando seriamente en la posibilidad de retirarse de las negociaciones sobre la crisis yugoslava en vista de la inflexibilidad de la posición de EE UU sobre los bombardeos.

El clima en Moscú es de pesimismo; se reflejó en la discusión a puerta cerrada que los diputados tuvieron ayer sobre Kosovo y en la que participaron el titular de Defensa, Ígor Serguéyev, y el viceministro de Exteriores, Alexandr Avdéyev.