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GUERRA EN YUGOSLAVIA Los refugiados

Una decena de refugiados de Sigüenza ya han recibido ofertas de empleo

Una decena de los 104 refugiados kosovares de Sigüenza se pondrán en breve el mono de trabajo para rehabilitar, a las órdenes de la Universidad de Valladolid, una alhóndiga próxima a su lugar de residencia. Albañiles de oficio, después de haber repintado el seminario en el que llevan viviendo desde el pasado 25 de abril, remozarán el edificio que tradicionalmente ha servido para almacenar y vender trigo. Así lo explicó ayer el portavoz de la organización humanitaria que se encarga de ellos, Ramón de Marcos.

"En un plazo medio esperamos que todos tengan un trabajo en el que sentirse útiles", reconocía Marcos. Y es que, tal y como explica uno de los psicólogos que trata con ellos, Enrique Parada, miembro de Cruz Roja, "algunos muestran ciertos síntomas depresivos por la falta de un empleo, de una actividad productiva". El propio Marcos recordaba una frase bien descriptiva que le habían dicho los refugiados: "Somos como el agua, si no corre se estanca, y si se estanca huele mal".La actividad es una prioridad que tienen presente las organizaciones humanitarias que tratan con ellos y la propia Administración, que les ha facilitado permisos de trabajo temporales. Y para empezar a trabajar, lo primero es salir del centro de primera acogida.

Eso es lo que harán en los próximos días los desplazados de Sigüenza: 42 marcharán a Ciudad Real, con Cruz Roja; 27 a Calella (Barcelona), y los 35 restantes se quedarán en Sigüenza.

El criterio de dispersión, en grupos pequeños, exige la no separación de familias para su mejor integración en el país de acogida. Los 104 kosovares, según Marcos, ven la perspectiva de salir del seminario con esperanza por volver a una vida "lo más normal posible". Para ello, "han hecho todo lo posible por aprender castellano, porque saben que es una gran herramienta laboral".

Hace apenas unos días, responsable del centro de Sigüenza, Braulio Carlès, miembro de Comisión Católica, expresó su oposición a dicho traslado por considerar que aún no habían terminado su trabajo con los kosovares en Sigüenza. Ayer, sin embargo, evitó pronunciarse al respecto.

Los que más independencia disfrutarán serán los que marchen el próximo lunes a la localidad de Calella (Barcelona), donde la Generalitat, que corre con todos los gastos, ha dispuesto pisos para alojar a los kosovares. Los otros dos grupos, en principio, vivirán en centros de mayor capacidad.

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Por otro lado, un quinto grupo, de 106 desplazados, llegó ayer a Ávila desde Macedonia, y eleva la cifra de kosovares en España a 670. El próximo viernes llegará otro centenar a Ávila, y el miércoles 26 de mayo arribarán 200 nuevos desplazados a Cataluña.

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