19.000 oncólogos presentan en Atlanta las nuevas estrategias contra el cáncer
La farmacología desarrolla técnicas cada vez más específicas contra las células tumorales
Unos 19.000 oncólogos están reunidos desde el sábado en Atlanta (EE UU) en uno de los encuentros médicos más influyentes del mundo, el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, para presentar y discutir los últimos avances y tendencias en el tratamiento del cáncer. Nuevas estrategias, aún en fase experimental, se han mostrado útiles contra el sarcoma de Kaposi (una complicación habitual del sida), el liposarcoma, el cáncer de próstata y ciertos tumores de hígado. Las soluciones generales siguen sin aparecer: cada cáncer requiere su estrategia.
Los especialistas llevan muchos años pronosticando que el cáncer no podrá vencerse con una sola técnica general, sino que será preciso encontrar tratamientos específicos para cada tipo de tumor. Las nuevas estrategias presentadas en Atlanta son, en efecto, bastante concretas. Además, se basan en metodologías muy dispares: desde fármacos tradicionales administrados de manera novedosa hasta tecnologías genéticas de vanguardia.El equipo de Parkash Gill, de la Universidad de California, presentó los resultados de un ensayo clínico preliminar con 44 pacientes de sarcoma de Kaposi, un tipo de tumor muy común en los enfermos de sida. Gill utilizó un fármaco llamado IM862, desarrollado por la empresa privada Cytran, de Seattle (EE UU).
IM862 es una molécula pequeña, compuesta por dos aminoácidos (las unidades que componen las proteínas), y ejerce una doble acción: por un lado, bloquea la formación de vasos sanguíneos en el tumor (angiogénesis), lo que limita el acceso de oxígeno y nutrientes a las células cancerosas. Por otro, estimula al sistema inmune para que ataque a las células tumorales.
La inhibición de la angiogénesis suscitó hace dos años unas expectativas que el tiempo ha demostrado exageradas, pero la estrategia parece funcionar bastante bien en el caso concreto del sarcoma de Kaposi, posiblemente porque este tipo de tumor requiere una cantidad muy alta de nuevos vasos sanguíneos.
Inhalador nasal
La molécula es tan pequeña que se puede absorber directamente a través de cualquier mucosa, por lo que el equipo la ha administrado a los pacientes mediante un simple inhalador nasal. En el 36% de los pacientes que recibieron el fármaco, los tumores -visibles como manchas rojas en la piel- desaparecieron o se redujeron a menos de la mitad de su tamaño original. Queda por ver si esas cifras pueden mejorarse combinando la nueva molécula con la quimioterapia habitual.
Guy van Hazel y su equipo de la Universidad de Australia Occidental han utilizado fármacos anticancerosos habituales, pero con una notable mejora en su forma de administración: los han embebido en minúsculas esferas y los han inyectado directamente en la arteria hepática, de la que los tumores de hígado obtienen el 80% de su riego. La técnica aprovecha que las células hepáticas obtienen casi toda su sangre de una arteria distinta, por lo que resultan poco dañadas por el tratamiento. Van Hazel hizo un ensayo preliminar con 74 pacientes que habían desarrollado metástasis (tumores secundarios) en el hígado, y los dividió en dos grupos. Un grupo recibió una quimioterapia tradicional, y el otro la suma de la quimioterapia y las esferas. Los resultados fueron modestos, pero significativos: los tumores se redujeron en el 14% de los pacientes que recibieron las esferas, y sólo en el 9% de los controles. Dos años después, la supervivencia del grupo con esferas (39%) superó claramente a la del grupo control (29%).
George Demetri, de la Escuela de Medicina de Harvard (Boston, EE UU), presentó una estrategia completamente distinta que ha dado resultados alentadores con un tipo de tumor más infrecuente, llamado liposarcoma, que afecta al tejido adiposo. Este grupo ha utilizado un nuevo fármaco llamado rezulina, inicialmente diseñado contra la diabetes. La rezulina no mata a las células del liposarcoma, pero las hace diferenciarse, esto es, abandonar su estado de división muy rápida y convertirse en una forma celular más especializada, que se divide mucho menos. En un ensayo preliminar, la rezulina ha frenado el crecimiento -sin llegar a provocar su desaparición- de varios tumores de ese tipo.
Por otro lado, Nicholas James, de la Universidad de Birmingham, presentó una nueva técnica contra el cáncer de próstata. Consiste en utilizar un anticuerpo que reconoce y se pega a las células cancerosas gracias a que éstas presentan en su membrana una gran cantidad de un proteína que sólo poseen este tipo de células. Una vez pegado el anticuerpo, el sistema inmune destruye las células tumorales. Se ha probado en 20 pacientes, 17 de los cuales mejoraron en alguna medida.
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