Un Estado de EEUU abre la veda al mercado de órganos
Es mejor necesitar un riñón en Kentucky que en Connecticut. En el primer Estado, la espera media para conseguir el trasplante es de 208 días, que se convierten en 958 en el segundo. Donar órganos en Pennsylvania es más rentable que hacerlo en Tejas, porque regalan 300 dólares (46.500 pesetas) a la familia del fallecido. Y si lo que se busca es el mercado negro de órganos, nada mejor que Nueva York: las mafias ofrecen córneas importadas listas para el trasplante a 5.000 dólares (775.000 pesetas) el par.La mayor operación del FBI contra el tráfico ilegal de órganos humanos desbarató no hace mucho una red china que ofrecía páncreas, riñones, hígados, corazones, córneas o pulmones procedentes de prisioneros que habían sido ejecutados en ese país. Los precios eran relativamente baratos para lo que se pide en este mercado de la muerte: un riñón oscilaba entre los 20.000 y los 30.000 dólares (entre tres y 4,5 millones de pesetas), con viaje a China incluido. Y los pulmones venían con etiqueta aclaratoria: procedentes de un donante no fumador.
La escasez de donaciones en EEUU y las diferencias territoriales marcadas por la política sanitaria han permitido -si no fomen-tado- el crecimiento de un desequilibrio que lleva a los pacientes al terreno de la desesperación, y en algunos casos ese viaje atraviesa el sendero de la ilegalidad.
En 1995, el tiempo de espera media para recibir un riñón trasplantado en Estados Unidos superaba los 440 días. Aquel año los médicos dijeron a Mickey Mantle -una leyenda del béisbol americano- que necesitaba un trasplante de riñón para poder prolongar su vida; para Mantle, los 440 días de espera se quedaron reducidos a dos. Los responsables de aquella operación aseguraron entonces que fue el deterioro de su estado de salud el que colocó al jugador en lo más alto de la lista, pero con él se puso un nombre propio a la sospecha de que en este país todo tiene un precio, incluidos los órganos.
Mantle no es el único ejemplo de enfermo afortunado: el cantante David Crosby recibió su riñón nuevo a los 18 días de saber que lo necesitaba. Y más descarado fue el caso del que fuera gobernador de Pennsylvania, Bob Casey. Según la revista Time, recibió un trasplante de riñón antes de que se cumplieran 24 horas de espera. En la misma operación, Casey recibió un corazón para el que tampoco tuvo que esperar la eternidad que aguardan 61.000 pacientes preparados en Estados Unidos. Riñón a cambio de vida
Es precisamente en el Estado de Pennsylvania en el que ha nacido una propuesta que plantea serias dudas éticas: el gobierno local ofrecerá 300 dólares (unas 45.000 pesetas) a las personas que autoricen la donación de los órganos de familiares fallecidos. Aún más controvertida fue la iniciativa del Estado de Misuri llamada morbosamente Vida a cambio de vida. El Estado pretendía permutar la condena a muerte por una cadena perpetua a los presos que donasen un riñón o médula ósea. La ley fue rechazada porque los médicos se negaban a aceptar órganos de personas que, a fin de cuentas, se veían obligadas a elegir entre morir o donar. También existe en EEUU lo que podría considerarse como un nacionalismo del trasplante. Algunos Estados han aprobado leyes para que los órganos donados en ellos se queden en ese territorio.
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