Mecapeña presenta la suspensión de pagos con un pasivo exigible de 24.600 millones La incapacidad de Kvaerner y Hi-Tec de hacer frente a la deuda a corto fuerza la medida

El fabricante de bienes de equipo vizcaíno Mecánica de la Peña (Mecapeña) ha llegado a la suspensión de pagos sin que el Gobierno vasco, pese a sus reiterados intentos, haya podido evitarlo. La deuda en periodo de vencimiento, 600 millones de pesetas (3,61 millones de euros) ha dado la puntilla a un proceso que se veía venir después de que el pasado jueves el Consejo de Administración de la firma cerrara su reunión sin alcanzar ningún acuerdo. Ni la multinacional anglonoruega Kvaerner ni el socio español Hi-Tec contaban ya con fondos para evitar que el expediente de suspensión llegara ayer a los juzgados. Las compañías Mecánica de la Peña, SA y su filial Mécanica de la Peña Equipos SL presentaron en la mañana de ayer en el Juzgado de Guardia de Bilbao un expediente de suspensión de pagos en el que declaran un pasivo exigible de 24.600 millones de pesetas (147,85 millones de euros). El Consejo de Administración explicó ayer en un comunicado que se había visto obligado a tomar esta medida ante su incapacidad para afrontar sus compromisos financieros. La compañía mantendrá una reunión los próximos días con el comité de empresa y otros colectivos implicados (acreedores, proveedores, clientes) para acordar "las medidas necesarias que permitan continuar con la actividad industrial durante el periodo de suspensión de pagos". Los responsables de la empresa vasca de bienes de equipo han justificado la suspensión de pagos argumentado que no había "otras alternativas". "Esta es la única medida posible en estos momentos para encontrar una solución para el mantenimiento de la actividad en Mecánica de la Peña, dentro de una reordenación general del sector de bienes de equipo", añade el comunicado. Tanto el Gobierno vasco como los acreedores se habían mostrado dispuestos a colaborar con Mecánica de la Peña, siempre y cuando se hubiera producido un "gesto" de Kvaerner. PASA A LA PÁGINA 3