Un acuerdo de última hora sobre el convenio salva a los azulejeros de Castellón de la huelga

La amenaza de huelga en el principal sector económico de Castellón, la industria cerámica, se disipó ayer al alcanzar patronal y sindicatos un preacuerdo en torno al convenio provincial. El convenio, que está previsto se suscriba el próximo 14 de mayo, tendrá tres años de vigencia. Éste prevé un incremento salarial del 2,45% para este año y del IPC más el 0,65 para los dos ejercicios siguientes. Por primera vez se establece una jornada laboral anual de 1.800 horas, un día libre adicional y 25 días de vacaciones garantizadas entre los meses de junio a octubre.

Poco antes de someterse a la mediación del Tribunal de Arbitraje Laboral, la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos, Pavimentos y Baldosas Cerámicos (Ascer) y los sindicatos UGT y CC OO sellaban la paz después de meses de confrontación a raíz de la negociación del convenio colectivo provincial, del que dependen cerca de 20.000 trabajadores. "No ha habido ni vencedores ni vencidos", dijo ayer rotundo el portavoz de CC OO, Juan Escudero. "La huelga era negativa para nosotros y para los empresarios, que atraviesan un buen momento económico", arguyó el dirigente sindical. La versión de la patronal no difería mucho de la de los representantes de los trabajadores. "Hemos logrado sosegar nuestras relaciones", dijo el presidente de Ascer, Fernando Diago. El industrial, que tiene tras de sí unas 180 empresas, aseguró que "nadie hubiera entendido una quiebra social en un sector que ofrece prosperidad y puestos de trabajo a los castellonenses". El sector cerámico es junto al del automóvil el más exportador de la Comunidad Valenciana. En España ocupa el sexto lugar del ranking exportador. Los sindicatos no recuerdan una patronal tan exigente y dura como la actual. Sin embargo, no consideraban la convocatoria de huelga como la panacea: "Hubiera sido un gran desgaste humano y económico", valoró Escudero. De hecho, hacía 14 años que los empleados de este sector no convocaban una huelga. Escudero añadió que el preacuerdo, que se rubricará el próximo 14 de mayo, "es bueno". La patronal, acuciada por el temor de algunos asociados a que la huelga fuera un éxito y por el inapropiado momento preelectoral, que llegó a poner nerviosa a la clase política, tuvieron que ceder también en esta negociación. "La preocupación", comentó ayer Diago, "alcanzó a algunos clientes extranjeros asustados ante la posibilidad de que se interrumpieran algunos suministros". Se imponía no perder la credibilidad internacional, que "Italia puso en peligro en su día debido a distintas turbulencias sociales", corroboró Diago. La ruptura de las conversaciones llevó a los sindicatos a convocar una huelga que, debido a la favorable evolución del sector, parecía a todas luces inoportuna. Lejos de las 35 horas El convenio tendrá una vigencia de tres años, el más largo que se recuerda; sin embargo, la patronal considera que se deben buscar convenios de mayor duración para dar estabilidad a la industria. Por primera vez se ha logrado establecer una jornada laboral anual de 1.800 horas, un día de fiesta más que la media del pasado año. También se consigna la reducción de ocho horas en cada una de las tres anualidades; así, en el 2001, cuando venza el convenio, se alcanzarán las 1.784 horas de trabajo efectivo anual. Un portavoz de los empresarios adujo que no es factible la progresiva reducción de jornada a 35 horas semanales al mantener la actividad en las fábricas las 24 horas del día, en tres turnos. Los trabajadores se garantizan 25 días laborales entre los meses de junio y octubre de vacaciones. Las peticiones salariales de los sindicatos se han quedado más cortas de las previstas: el acuerdo de ayer ofrece una subida salarial para este año del 2,45%. En los dos siguientes años, los aumentos vendrán determinados por el IPC más el 0,65%.