_
_
_
_
GUERRA EN YUGOSLAVIA El debate en EEUU

La Casa Blanca asume en solitario la carga política de la guerra de Kosovo

La guerra de Kosovo es para algunos norteamericanos la "guerra de Clinton" o incluso la "guerra de Albright", pero en ningún caso una guerra en la que están empeñados otros 18 países, la mayoría de ellos europeos, a algunos de los cuales el conflicto les afecta directamente en sus fronteras. La ausencia de información sobre el debate que la guerra genera en las sociedades europeas, convierte el conflicto, a ojos de la opinión pública estadounidense, en un asunto que tienen que resolver entre la Casa Blanca y el Congreso, con el posible recurso a la mediación rusa o a los buenos servicios de Naciones Unidas, para bendecir el acuerdo que se alcance cuando se hayan cubierto los objetivos mínimos. La OTAN, pasados los fastos de la cumbre de Washington, es presentada constantemente como una organización militar eminentemente norteamericana donde la presencia política de su secretario general, Javier Solana, queda eclipsada por las estrellas del general Wesley Clark, que será el héroe o el villano según sea el resultado final en el teatro de operaciones.Sólo algunas críticas del Pentágono a la necesidad de consenso que impone Bruselas (reticencias en la designación de blancos o resistencia al bloqueo naval) comienzan a gotear sobre la opinión pública norteamericana. El tono, sin embargo, es todavía discreto y alejado de las críticas abiertas de los halcones y los aislacionistas del Congreso, en cuya posición, contraria a la forma en que Casa Blanca ha dirigido toda la intervención militar, palpita la profunda desconfianza que el presidente Clinton sigue suscitando en el Capitolio.

Más información
Clinton insiste en que los ataques se intensificarán si Milosevic no cede
EEUU decide liberar a los dos prisioneros de guerra yugoslavos
Serra asegura que las tropas españolas están listas para participar en una operación terrestre
La prolongación de la guerra agudiza las diferencias en Alemania
ACNUR trata de redistribuir a los 100.000 deportados que saturan Kukes
Estados Unidos utiliza los bombarderos 'invisibles' B-2 sin informar a sus aliados
Día 43
Pristina recupera lentamente una vaga apariencia de vida
Cuatro guerrilleros del ELK mueren en combate
Llegan a Hungría 24 cazabombarderos

Soledad presidencial

La soledad política de Clinton se ve compensada en parte por el respaldo que la intervención militar norteamericana está teniendo entre los más influyentes medios de comunicación escritos de la costa Este. Tanto The New Yok Times, como The Washington Post y The Wall Street Journal, sobre todo estos dos últimos, exigen una posición de firmeza frente a cualquier tentación de buscar una salida negociada al conflicto. The Wall Street Journal incluso pidió el pasado viernes al presidente Clinton que realice un cambio de Gabinete y se deshaga de la secretaria de Estado, Madeleine Albright; de su consejero de Seguridad Nacional, Sandy Berger; de su secretario de Defensa, William Cohen, e incluso de su principal negociador en los Balcanes, Strobe Talbott. "Necesitamos un Gabinete que esté fuera de sospecha de dirigir la política, e incluso la guerra, pendiente de los sondeos de opinión", remachó. Y si The New York Times acusaba ayer de debilidad al líder republicano en el Congreso, Dennis Hastert, por no haber conseguido los votos suficientes para aprobar los bombardeos, The Washington Post ponía a Clinton el ejemplo de Margaret Thatcher. "Cuando ofrece una pausa en los bombardeos a cambio al menos del comienzo de la retirada de las fuerzas serbias, no inspira la misma confianza que lady Thatcher", afirmaba. La dama de hierro había afirmado que la "única victoria que merece la pena es aquella que impida para siempre a Serbia atacar a sus vecinos y aterrorizar a sus habitantes de origen no-serbio".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_