Las principales iniciativas del tratado
Además del nuevo capítulo de empleo, de los avances en política exterior y de las pequeñas modificaciones institucionales, las novedades del Tratado de Amsterdam que pueden dar más juego en el inmediato futuro son las siguientes: Más democracia. El texto permite adoptar "medidas adecuadas" contras las discriminaciones por razón de raza, religión, minusvalía, edad o tendencia sexual. El Consejo de ministros podrá castigar a cualquier Estado miembro -incluso suspendiéndole el derecho al voto- que cometa una violación "grave y constante" de los derechos humanos, cláusula pensada para los futuros socios procedentes del Este.Espacio de libertad y seguridad. La Unión podrá legislar en materia de inmigración, de derecho civil o de procedimiento civil, en lo que toca a la circulación de los ciudadanos dentro de su territorio. Se establece un primer período, como de prueba, de cinco años, a partir del cual se decidirá por unanimidad si estos ámbitos se comunitarizan. Se incorpora al Tratado el Convenio de Schengen para la libre circulación interna de personas, aunque con unos procedimientos muy complicados y distintas excepciones (Dinamarca, Reino Unido).
Otras políticas. Se refuerzan políticas incipientes de la Unión, como la de medio ambiente -que estará presente en todas las restantes-, o la social, al integrar el Protocolo Social de Maastricht del que se desvinculó el Reino Unido antes de Tony Blair.
Cooperaciones reforzadas. Si un grupo de Estados lo desea, podrá avanzar más en su unificación, pero sujeto a las condiciones de que ello sea como último recurso (prefieren ir todos en línea), sin afectar al acervo comunitario y abriéndose a todo el que quiera reengancharse.
Amsterdam suprime artículos obsoletos de Maastricht. Y traerá quebraderos de cabeza a los expertos, porque cambia la numeración de los artículos. Otros problemas técnicos que los funcionarios están resolviendo para las directivas y reglamentos en curso son las modificaciones de procedimiento legislativo o el cambio de base jurídica en algunos asuntos.
Apenas iniciada su aplicación, el nuevo Tratado ya reclama retoques, los que quedaron pendientes en Amsterdam, relativos sobre todo a la reforma de las instituciones.
Para abordarlas, la presidencia semestral alemana ha propuesto que la cumbre de Colonia se comprometa a convocar una nueva Conferencia Intergubernamental (CIG), que acondicione la arquitectura de la Unión a la absorción de los candidatos del Este. Algunos desean una CIG corta y una reforma mínima. Otros piensan que las nuevas realidades desbordarán esa pretensión.
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