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Washington suavizará sus sanciones económicas a Irán, Libia y Sudán

Estados Unidos suavizará sus sanciones económicas a Irán, Libia y Sudán para permitir la venta a estos países de alimentos y medicinas norteamericanos. El giro anunciado por el Gobierno de Bill Clinton responde a la presión de los poderosos lobbies o grupos de presión de los granjeros norteamericanos y las industrias alimenticia y sanitaria, deseosos de hacer negocios con esos países, que el Departamento de Estado norteamericano califica de "patrocinadores del terrorismo".

Una fábrica de productos farmacéuticos de Sudán fue bombardeada el pasado verano como represalia por los atentados contra las embajadas de EEUU en Kenia y Tanzania. En lo relativo a Irán, la suavización de las sanciones está también relacionada con el deshielo en las relaciones desde la llegada al poder del presidente reformista Mohamed Jatamí. Hace dos semanas, Clinton volvió a tender un ramo de olivo hacia Irán, al señalar en un acto en la Casa Blanca "la enorme importancia geopolítica a lo largo de los siglos" de ese país, y añadir que ha "sufrido muchos abusos por parte de varias naciones occidentales".

Una amplia panoplia de sanciones económicas internacionales contra Libia fue suspendida por la ONU a comienzos de este mes, después de que Trípoli entregara, para su juicio en Holanda, a los dos sospechosos del atentado contra el vuelo de Pan Am de 1988. EE UU se reservó entonces el derecho a mantener sus represalias unilaterales.

Stuart Eizenstat, subsecretario de Estado para Asuntos Económicos, informó que Bill Clinton había aprobado el giro tras el informe de una comisión que durante dos años estudió este espinoso asunto. La comisión concluyó que la venta de alimentos y medicinas a un país "no mejora de modo sustancial la capacidad militar de un país o su habilidad para apoyar el terrorismo".

Eizenstat añadió que el embargo sobre esos productos que ha aplicado EE UU durante años "priva a los campesinos y las empresas norteamericanas de la posibilidad de vender sus productos, al tiempo que daña a inocentes civiles en el extranjero al privarles de necesarios alimentos y medicinas". Joe Lockhart, portavoz de la Casa Blanca, añadió que Clinton considera que "los alimentos no deberían ser un instrumento de política exterior, salvo en las circunstancias más extremas".

El pasado enero, Clinton también autorizó un levantamiento parcial del embargo económico a Cuba en lo relativo a comida, fármacos e instrumentos médicos, siempre y cuando los receptores de las exportaciones norteamericanas fueran ciudadanos o empresas particulares de la isla y no el Gobierno castrista. Irak, en el marco del programa de la ONU de intercambio de alimentos a cambio de petróleo, también está autorizado a recibir este tipo de exportaciones norteamericanas.

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Una empresa llamada Niki será la primera que utilizará la nueva política de la Casa Blanca respecto a Irán. Esa firma anunció ayer que venderá a ese país unas 3,5 toneladas de productos agrícolas, 2,2 de ellas de trigo, por un valor de unos 500 millones de dólares. "Irán representa un mercado potencial extraordinario para las exportaciones agrícolas de EE UU", dijo Dick Lugar, presidente del comité de Asuntos Agrícolas del Senado.

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