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GUERRA EN YUGOSLAVIA La implicación española

Menores, mujeres y ancianos forman el segundo grupo de kosovares acogidos en España

El ritual se repite. Botellas de agua, gorras de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), zapatillas de deporte nuevas, pasos lentos y apenas alguna bolsa de plástico casi vacía. Es la imagen de la llegada del segundo contingente de refugiados albanokosovares que acoge España. Ayer por la tarde, un avión de la Fuerza Aérea con 105 personas a bordo -la mayoría menores, 26, mujeres y ancianos- aterrizó en la base de Torrejón (Madrid). Anoche, la mayoría de las 57 mujeres y los 48 hombres que forman las 16 familias que escaparon por la mañana de Macedonia durmieron en un centro pensado para los intercambios estudiantiles, a las afueras de Madrid. Dos de ellos ingresaron de inmediato en el hospital de La Paz para ser conectados a una máquina de hemodiálisis.

El sonido de la llegada fue más aterrador aún que la tristeza de los rostros de los refugiados. El sonido fue el silencio. La comitiva oficial que esperaba al grupo sólo pudo estrecharle la mano a los funcionarios y militares españoles que se encargaron de traerlos. A su lado, sin girar la cabeza, iban pasando estos viajeros a la fuerza. Callados, sin abrir la boca, sin nada que transportar y, algunos de ellos sobre una silla de ruedas y empujados por los voluntarios de la Cruz Roja. Los tres traductores que estarán al servicio del grupo tendrán que esperar unas horas para empezar a trabajar.

Más tarde, tres autobuses que los trasladaron al centro donde van a vivir las próximas semanas. Dentro de los vehículos sólo se oía el silencio. La manida expresión que habla de miradas perdidas cobraba sentido.

Segundo intento

Entre los recién llegados se encontraban los tres miembros de la familia Grabouci. Era su segundo intento. Debían haber viajado el domingo, con los primeros 102 refugiados que vinieron a España, pero cedieron su puesto para que saliera de Macedonia una mujer embarazada. En el avión también viajó la familia de Ismail Muxholi, un albanés de Kosovo que vive en Madrid desde hace cuatro años. Sus padres, dos de sus hermanas y un sobrino eligieron España como destino por esa razón, aunque ayer Ismail no estaba en Torrejón. Este segundo contingente de acogidos va a permanecer en el Pabellón I de la Ciudad Escuela de San Fernando. Se trata de un edificio recién restaurado. En sus tres plantas disponen de una sala polivalente, comedor con 200 plazas, enfermería y 32 habitaciones con tres o cinco camas cada una. Los dos armarios empotrados que se encontraron anoche en cada cuarto tendrán que llenarse de solidaridad. El responsable de la AECI, Luis Espinosa, aseguró ayer que los gastos correrán a cuenta del Estado, "como es lógico".

José Carvajal, el subsecretario de Asuntos Exteriores, anunció la llegada, "en un plazo de 10 a 15 días" de otro grupo de entre 100 y 150 albanokosovares.

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