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GUERRA EN YUGOSLAVIA Política y diplomacia

Yeltsin promete a Clinton que no arrastrará a Rusia a una guerra por Yugoslavia

El teléfono rojo sigue funcionando entre el presidente estadounidense, Bill Clinton, y su colega del Kremlin, Borís Yeltsin. Según el portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart, el presidente ruso insistió ayer durante una conversación telefónica en que "no enviará más barcos al Mediterráneo y en que no dejará que Rusia se vea arrastrada a este conflicto". Yeltsin permanece al margen y Clinton se implica aún más. El presidente de EEUU pidió ayer 5.900 millones de dólares (cerca de un billón de pesetas) al Congreso para prolongar la guerra hasta el otoño.

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Ya lo había anunciado Yeltsin en el Kremlin durante la entrega de premios a los periodistas rusos: "Le diré a Clinton que deben cesar los bombardeos y que entonces Milosevic se sentará a la mesa de negociaciones". Y así fue. La conversación de 50 minutos, según la Casa Blanca, que desde el principio minimiza el enfado ruso ante la campaña de la OTAN, fue "constructiva". Los dos dirigentes acordaron seguir en "estrecho contacto". Clinton y Yeltsin, según Lockhart, estuvieron "en desacuerdo sobre la campaña frente a la idea de alcanzar un acuerdo pacífico". Pero Yeltsin reiteró que "Rusia no se implicará en el conflicto". "Clinton", según Lockhart, "le repitió lo que [la secretaria de Estado, Madeleine] Albright ya había dicho: que Rusia puede desempeñar un papel constructivo, en especial si apoya los ataques". Borís Yeltsin también repitió algo: la "urgente necesidad de cesar inmediatamente los bombardeos" con el fin de que la crisis pueda ser solucionada en la mesa de negociaciones. Como primer paso, el presidente ruso ha invitado a Moscú al secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, que llegará el 29 de abril para discutir sobre la guerra.

Advertencias rusas

Antes de hablar por teléfono, el presidente ruso le hizo dos advertencias a Clinton, durante la entrega de los premios periodísticos: el líder serbio, Slobodan Milosevic, no capitulará y Rusia no está dispuesta a permitir que EEUU y sus aliados conviertan a Yugoslavia en un protectorado: "No podemos permitirlo, pues se trata de una zona estratégica muy importante", recordó. Al mismo tiempo, Yeltsin pidió a los medios de comunicación "no asustar a la gente". "No podemos permitir que cunda el pánico, pero deben saber que no retrocederemos". El mandatario ruso aseguró estar dispuesto a mediar "entre EEUU, la OTAN y Yugoslavia". Rusia está de acuerdo, en principio, con la entrada de tropas internacionales en Yugoslavia, pero piensa que deben estar bajo bandera de la ONU o de la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE) para convencer a Milosevic.

Ígor Ivanov, el ministro ruso de Exteriores, se extendió ayer sobre los preparativos de la OTAN para una operación terrestre. Hay variantes, señaló, "desde la conquista de Kosovo y el establecimeinto de un protectorado, hasta la ocupación de Yugoslavia y su división en pequeños Estados". Ivanov volvió a utilizar un lenguaje duro al hablar de los presuntos planes de la OTAN al asegurar que "sus tropas utilizarán la táctica de tierra quemada: destruirlo todo y avanzar como si fuera un desierto". "Prácticamente ya está comenzando la destrucción total del país", denunció Ivanov, agregando que la OTAN ayuda al Ejército de Liberación de Kosovo a reclutar combatientes en los campos de refugiados y entre la diáspora albanesa.

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El presidente de EEUU, a su vez, ha pedido al Congreso de Estados Unidos que le autorice un gasto extraordinario de 5.900 millones de dólares para financiar la campaña bélica contra Yugoslavia y la ayuda humanitaria a los refugiados. Esa cantidad, según la Casa Blanca, permitirá mantener e incrementar los bombardeos de Yugoslavia durante más de cinco meses.

De los 5.900 millones pedidos al Congreso, que tiene la llave de las arcas públicas de EEUU, unos 5.500 irán al departamento de Defensa para mantener la campaña, comprar repuestos de otras municiones y disponer de un fondo para situaciones inesperadas. A los refugiados se destinarán unos 700 millones de dólares.

A tenor de las opiniones expresadas en los últimos días por prominentes legisladores, la propuesta de gasto encontrará un apoyo entre los dos partidos estadounidenses, que tiene superávit presupuestario desde el pasado año, no tendrá que recortar ningún gasto público para afrontar una campaña de meses.

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