Espárragos medioambientales
Las técnicas de producción integrada han llegado al campo navarro. Más de 2.000 productores de espárrago pueden convertirse en los primeros protagonistas de una línea de producción agraria compatible con las exigencias de la protección medioambiental y el espacio natural cada día más exigida por las grandes cadenas de distribución europeas. Las llamadas técnicas de producción integrada se instalan a medio camino entre la agricultura convencional y la ecológica. El Gobierno de Navarra está ya convenciendo a sus agricultores mediante charlas y cursos formativos para que acepten el control integrado de los tratamientos fitopatológicos en el cultivo de sus productos. Es decir, para que no utilicen todos los productos fitosanitarios autorizados en cada caso, sino únicamente los menos tóxicos y los más respetuosos con el medio ambiente y la fauna útil. La fuerte demanda del consumidor europeo, muy sensibilizado con todo lo que afecte a la ecología, una adecuada política de ayudas económicas a este tipo de producciones y una correcta formación del agricultor son factores que, según indica Joaquín Sanz de Galdeano, director del Servicio de Producción Agropecuaria del Gobierno de Navarra, incidirán en la implantación de esta tercera vía agraria. Una nueva campaña del espárrago navarro, el oro blanco de esta tierra, está ya encima y en esta ocasión sus productores, con más de 3.000 hectáreas, tienen abierto el plazo este mes para solicitar las primeras ayudas al control integrado de sus producciones. Una prima anual, durante cinco años, de 32.274 pesetas por hectárea es el reclamo económico cofinanciado al 50% por Navarra y la Unión Europea. Si de los 4.000 productores se apuntan la mitad, unas 2.000 personas, se habrá conseguido una buena cifra inicial para experimentar este sistema que prefiere siempre la defensa del cultivo contra malas hierbas, plagas y enfermedades mediante el uso de organismos beneficiosos, rotaciones de cultivos y medios mecánicos antes que con el uso de fertilizantes de síntesis, que quedará sujeto siempre a un razonamiento que lo justifique técnica y agroambientalmente. "Actualmente hay cooperativas navarras que ya aplican estos sistemas para poder exportar al resto de Europa", indica Sanz de Galdeano, "pero al no haber desarrollado hasta ahora el sistema administrativo de control nosotros no hemos podido certificar esa calidad, lo que podrá ocurrir a partir de ahora con la identificación de las producciones merced a un logotipo específico, en nuestro caso una mariposa, ante el usuario". La guerra por su cuenta A falta de una normativa europea común en esta materia y con la ministra de Agricultura Loyola de Palacio intentando sacar adelante un decreto que fije unas bases comunes, cada comunidad autónoma está haciendo la guerra por su parte. En Navarra se han aprobado ya los reglamentos técnicos que regulan las prácticas obligatorias, aconsejadas, permitidas y prohibidas, así como las anotaciones y registros que deben llevar los agricultores en sus obligados cuadernos de cultivo en las producciones de espárrago, coliflor y brócoli. Además, el Instituto Técnico y de gestión Agrícola del Gobierno foral aprobará este año los referentes a la lechuga de invernadero, melocotonero, manzano, peral, alcachofa, cogollos de Tudela, y tomate de invernadero. La sociedad pública Nasersa será la encargada de controlar las producciones mediante inspecciones de campos, sistemas de producción, locales de conservación, almacenaje, transformación y comercialización. "Se deberán efectuar, porque así lo establece la normativa comunitaria que regula las ayudas, análisis de suelos, hojas y frutos para determinar los residuos de fertilizantes y pesticidas en al menos un 5% del total de parcelas adscritas a las ayudas", subraya el director del Servicio de Producción Agropecuaria. "Si en los análisis de laboratorio se determina que algún productor ha vulnerado la técnica permitida, éste perderá todas las ayudas comprometidas e incluso pagará los intereses".
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