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GUERRA EN YUGOSLAVIA Política y diplomacia

Hungría permite el paso del convoy ruso con ayuda para Belgrado

La caravana con ayuda humanitaria de Rusia y Bielorrusia para Yugoslavia pudo ayer seguir su camino a través de Hungría tras haber permanecido bloqueada durante dos días. El acuerdo al que se llegó es fruto de las negociaciones mantenidas en la capital magiar por el ministro ruso de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigu, con el ministro del Interior húngaro, Sandor Pinter.Ayer mismo, antes de que se solucionara el problema, Rusia protestó formalmente ante el Gobierno de Budapest y le advirtió de que su negativa a permitir el paso de los camiones con medicinas y alimentos que se dirigían a Yugoslavia, tendría consecuencias negativas para las relaciones entre ambos países.

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, se encargó personalmente de informar al Parlamento sobre el acuerdo a que había llegado Pinter con Shoigu -quien viajó a Budapest en la noche del domingo enviado por el presidente ruso Borís Yeltsin- para dejar pasar al convoy que desde el sábado había permanecido bloqueado en la frontera entre Ucrania y Hungría.

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Gracias al compromiso pactado por ambos ministros, de los 73 camiones que componían la caravana, 64 han podido seguir su camino hacia Yugoslavia. Los cinco vehículos que las autoridades húngaras habían considerado de uso militar por estar blindados, no entraron en Hungría y de los ocho camiones con combustible, Budapest accedió a dejar pasar cuatro. Los rusos han explicado que el combustible es necesario para los vehículos que llevan el cargamento humanitario, compuesto de un hospital de campaña y medicinas.

Advertencia rusa

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Ígor Ivanov, había dado en la mañana de ayer, antes de que se llegara a un compromiso con Budapest, una conferencia de prensa en la que aseguró que si en horas no se encontraba una solución al bloqueo de la ayuda humanitaria para Yugoslavia, "ello tendrá las más graves consecuencias para las relaciones ruso-húngaras".El embajador húngaro en Moscú, Erno Keskeny, después de ser citado al Ministerio de Exteriores, donde se le presentó una protesta formal, se había mostrado muy preocupado por la situación creada. "No será justo que las relaciones húngaro-rusas se echen a perder por este incidente. El Gobierno de Hungría siempre ha considerado una tarea de primordial importancia el desarrollar relaciones multilaterales con Rusia", declaró Keskeny, subrayando que "el ingreso de Hungría en la OTAN no ha cambiado nada a este respecto".

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Mientras tanto, el avión del Ministerio de Situaciones de Emergencia con ayuda humanitaria para Yugoslavia no pudo despegar ayer de San Petersburgo debido a la falta de garantías de seguridad, y su vuelo ha sido aplazado indefinidamente. El aparato ruso debía llevar 20 toneladas de alimentos y medicinas a Skopje, la capital de Macedonia.

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