Moscú amenaza a Budapest y culpa a los aliados del bloqueo de la ayuda "humanitaria" a Belgrado

Rusia ha reaccionado airadamente al bloqueo, por parte de Hungría, de la caravana de camiones que se dirigían a Yugoslavia. El departamento de Prensa e Información del Ministerio de Exteriores advirtió de que las acciones hostiles de Budapest indudablemente repercutirán en las relaciones ruso-húngaras. "La actitud de las autoridades húngaras hacia el cargamento es una prueba muy importante para las relaciones de Hungría con Rusia", advirtió Alexandr Avdéyev, viceministro de Exteriores, al embajador húngaro en Moscú.La caravana se compone de 73 camiones, la mayoría rusos más algunos bielorrusos, con ayuda humanitaria destinada, según Moscú, "a todas las nacionalidades que viven en Yugoslavia y no sólo a los serbios". Los camiones llegaron a las cuatro de la tarde del sábado (hora peninsular española) a Chop, en la frontera de Ucrania con Hungría. Los húngaros se negaron a dejar pasar los vehículos y ayer adelantaron una serie de exigencias "imposibles de cumplir", según Rusia.

La decepción y rabia de los rusos ante las acciones de las autoridades húngaras es comprensible, si se toma en cuenta que todo estaba calculado para que la ayuda llegara ayer a Belgrado, cuando la Iglesia ortodoxa, es decir tanto los rusos como los serbios, celebran la Pascua de Resurrección. "Cualquier obstáculo que sea puesto en la ruta de la caravana humanitaria significará para Moscú que Hungría, en su nueva calidad de miembro de la OTAN, no está dispuesta a tener relaciones constructivas con Rusia", advirtió Moscú a Budapest. El Ministerio de Exteriores agregó que interpretaba "cualquier freno del cargamento humanitario como un intento de bloquear su paso". "Rusia sacará las conclusiones políticas adecuadas de la situación creada", señaló el ministerio.

Los guardafronteras húngaros notificaron a los rusos que no pueden dejar pasar siete camiones cisterna con gasolina, ya que, según dicen, está prohibido ingresar combustible en Yugoslavia. Además, Budapest pide garantías escritas de que los 31 todoterrenos que ingresarán con la caravana a Yugoslavia serán sacados de ese país en el futuro próximo. Esta exigencia se debe, según los húngaros, a que los todoterrenos son vehículos de uso militar, y por tanto, no es recomendable que los dejen pasar a territorio yugoslavo.

"En el Ministerio de Situaciones de Emergencia, que es el que organizó la ayuda, con cada minuto que pasa crece el convencimiento de que los vehículos han sido bloqueados no a iniciativa de Hungría, sino cumpliendo órdenes de la OTAN", declaró Vladímir Bashkítsev, jefe de la caravana rusa.