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Albita presenta en directo su visión del alma cubana

La cantante ofrece en ocho conciertos "desde la poesía más elevada a lo obsceno"

Diego A. Manrique

Albita (La Habana, 1966) no se asombra del actual boom de la música tradicional cubana: "Cuando yo vivía en la isla y hacía pura canción guajira, me movía por circuitos que no eran los habituales de mi generación y estaba en contacto con los viejitos, que siempre me deslumbraban. Para mí, eran lo cotidiano. Hace poco me contaron que yo cantaba Chan chan, de Compay Segundo, cuando comencé a actuar en emisoras. ¡Ya lo había olvidado! Lo triste es que haya sido necesario esperar a que los extranjeros reconocieran a Compay: las autoridades culturales ignoraron que estaba en la misma categoría que María Teresa Vera o Miguel Matamoros".Para ella, el desembarco de talento cubano no ha hecho más que empezar: "Queda mucho por descubrir en, por ejemplo, la guitarrística popular, el jazz, las agrupaciones vocales. El pasado fin de semana anunciaban en Miami unos siete conciertos de artistas de Cuba, no exiliados. Pedro Luis Ferrer, Barbarito Torres, Adalberto Álvarez..., parecía una avalancha, pero me di cuenta de que ni de lejos era una panorámica de toda la música de la isla".

Albita llegó a Miami en 1993, tras romper con el régimen de Castro y abandonar clandestinamente Colombia. Fue la sensación de la Pequeña Habana, como recordaba recientemente el documental Café con leche, y se incorporó a Crescent Moon, la discográfica de Emilio y Gloria Estefan, donde ha publicado sus cuatro últimos trabajos: "Ahora he grabado un disco compacto bien bello, Corazón adentro, y estoy en busca de nueva disquera, pero me siendo agradecida de haber pasado por la empresa de Emilio. Estar en una multinacional siempre te enseña cosas, buenas y malas, con las que tienes que convivir. Y los Estefan están conectados con toda la farándula estadounidense".

De esa época proceden las hiperbólicas descripciones usadas por la prensa anglosajona: "La Madonna cubana", "la Marlene Dietrich habanera", la K.D. Lang guajira". No se siente ofendida por esas equiparaciones: "Una desconocida tiene que ser comparada con algo ya asimilado. Aunque más me gustó que en Colombia me llamaran "un Beny Moré con faldas". Pero lo que yo quería demostrar es que la música de mi país tiene suficiente riqueza para fascinar incluso a los que no entienden las letras, sean alemanes o finlandeses. Igual que yo vibraba con The Beatles, y ni papa de lo que cantaban...".

El gran reto

Todavía no ha logrado Albita editar el ansiado disco en directo, la grabación que recoja su deslumbrante energía escénica: "Es el gran reto, aunque no estoy segura de que eso sea posible. Siempre digo que mis conciertos tienen tres tipos de ingredientes: la voz, los arreglos musicales y la dimensión visual. Incluso en Cuba, me diferenciaba de los artistas de mi generación: amo la nueva trova, pero aquellos cantantes, tan valiosos, eran antiteatrales, suponían la negación de la espectacularidad de la música cubana".Para la actual gira -con conciertos en Córdoba, ayer, Lugo (hoy), A Coruña (día 10), Madrid (días 13 y 14), Valencia (día 16), Cáceres (día 17), Basauri (día 23) y Santa Cruz de Tenerife (día 24)-, libre de la obligación de promocionar tal o cual disco, Albita trae un espectáculo generoso que pretende mostrar el abanico de sentimientos del alma cubana: "Desde la poesía más elevada a lo obsceno, desde el verso más culto hasta el lenguaje de los cuerpos. ¡La nalga y el soneto!".

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