El riesgo de fractura en la osteoporosis depende de la calidad de la masa ósea
La calidad de la estructura del hueso podría ser un factor determinante para la prevención de fracturas en mujeres que padecen osteoporosis. Según el estudio internacional Proof, presentado recientemente en Sitges (Barcelona), ligeros incrementos de masa ósea, específicamente localizados en la microestructura del hueso, pueden ser suficientes para prevenir el riesgo de fracturas vertebrales. El estudio ha evaluado la evolución durante cinco años de 1.175 mujeres mayores de 65 años que habían padecido al menos una fractura vertebral a causa de esta enfermedad. Según el estudio, la administración regular de una hormonona de la familia de las calcitoninas, la calcitonina de salmón, permite reducir un 36% el riesgo de nuevas fracturas con incrementos de masa entre el 3% y el 5%.Los tratamientos tradicionales que se administran a mujeres que han sufrido alguna fractura ósea o que forman parte de grupos de alto riesgo debido a la osteoporosis persiguen reponer esa disminución o, en el peor de los casos, equilibrar la pérdida con nuevos aportes de tejido óseo. No obstante, según se destaca en el estudio Proof, para la mayoría de tratamientos los aumentos de masa logrados no consiguen reducir el riesgo de fractura en la misma proporción. En opinión del coordinador del estudio, Charles Chesnut, de la Universidad de Washington, las causas de esta desproporción podrían ser debidas a que la pérdida de masa ósea se acompaña de una reducción de la calidad del hueso. "El estudio Proof", indica, "pone de manifiesto que la degradación progresiva del hueso en esta enfermedad afecta a la arquitectura interna del hueso".
Según se ha podido ver en el estudio, pequeños incrementos de masa localizados en puntos específicos de la microarquitectura del hueso son suficientes para que las vértebras, los huesos que se fracturan en mayor proporción, adquieran los niveles de resistencia, plasticidad o flexibilidad suficientes para prevenir el riesgo de nuevas fracturas. Chesnut interpreta estos resultados en forma de "mejora de factores de calidad", algo que hasta la fecha "apenas se había considerado", y que demuestra que la recuperación de masa no es un factor determinante.
Dicho de otro modo, que aspectos de carácter cualitativo pueden ser tanto o más importantes que la simple recuperación de volumen óseo. A la vista de los resultados obtenidos, la densitometría ósea, prueba que se emplea habitualmente para calibrar el alcance de la enfermedad, pasará a tener un carácter complementario y "no concluyente", según Chesnut, por lo que será necesario definir nuevas pruebas diagnósticas y establecer nuevos factores predictivos relacionados con la microestructura del hueso. Del mismo modo, los autores proponen profundizar en la investigación de tratamientos que a la vez que aumentan la masa ósea aumentan también su calidad.
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