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Democracia breve e incompleta

La experiencia democrática de este país es breve e incompleta. Entre 1936 y 1989, en Paraguay sólo hubo seis meses de libertades públicas, en el segundo semestre de 1946, con el Gobierno de coalición entre el Partido Colorado y el Partido Febrerista. Acaba con un golpe de los colorados, en enero de 1947, y una guerra civil de seis meses. El derrocamiento de la dictadura de Alfredo Stroessner significa el segundo intento de construir un Estado de derecho.Han transcurrido diez años de precaria transición en la que han pervivido unos poderes fácticos al margen de cualquier control. "En todos estos años de transición no se ha roto el pacto entre los militares y el Partido Colorado, que data de la guerra civil de 1947 y que le dio un marcado distintivo en toda América Latina a la dictadura de Stroessner, por ser la única que se sustentó no sólo en el poder militar, sino también en un partido de masas con más de un millón de afiliados en un país con cerca de 5,5 millones de habitantes", explica el sociólogo Carlos Martini.

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Estamos ante un partido-Estado que administra prebendas y que sólo es superado por el mexicano PRI en cuanto a longevidad en el poder. La relación colorado-militar permanece en la presidencia de Andrés Rodríguez y de Juan Carlos Wasmosy, que tiene como jefe de campaña nada menos que al general Lino Oviedo, a quien premia nombrándole comandante del Ejército en 1993.

Tres años después se produce el divorcio entre el presidente y el general, que intenta, sin éxito, un golpe de fuerza. La situación económica no es benévola con la transición. Todo lo contrario: aumenta el desempleo y la inseguridad. El año pasado fue el peor en términos macroeconómicos, con una caída de la economía del 0,5%. El desencanto cala en la población.

Soluciones mágicas

Y aparece Lino Oviedo, el outsider de la política. Propone soluciones mágicas ya: seguridad y trabajo y la tarjeta de visita de un hombre fuerte militar, algo muy importante en la cultura política paraguaya. Oviedo derrota a Luis María Argaña en las elecciones internas del Partido Colorado en 1997. La Corte Suprema de Justicia le cierra el paso para presentarse a las elecciones de 1998, en aplicación de la condena a 10 años de cárcel que dictó un tribunal militar por la intentona golpista. Le sustituye como candidato a la presidencia de la República, su compañero de fórmula y amigo Raúl Cubas, que gana ampliamente los comicios. El resultado demuestra que Oviedo había sido derrotado militarmente, pero no políticamente. Con su destierro en Argentina, el general inicia una nueva travesía del desierto.Para el general retirado Francisco Zaracho, que conoce muy bien al militar asilado en Argentina, "el oviedismo era el personalismo. No aceptaba otro liderazgo que no fuera el suyo. Con su desaparición, su movimiento se atomiza. Muerto el perro, se acabó la rabia".

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