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La Comunidad impone un código de colores y letras a los bares de copas y las discotecas

Los locales de ocio de la Comunidad de Madrid también tendrán su matrícula. El consejero de Presidencia, Jesús Pedroche, ha dado orden de crear un código de letras y colores para que todos estos establecimientos sean perfectamente identificables con una simple placa, que los titulares deberán colocar a la entrada, en un lugar muy visible. "Se trata de aunar, en un solo documento fácil de entender por el público en general, todos los datos esenciales de la licencia", explicó Pedroche. Los locales afectados por esta medida disponen de dos años para adecuarse a ella.

Las placas identificativas son consecuencia directa de la aplicación de una de las leyes más importantes aprobadas en la Asamblea de Madrid, la de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, en vigor desde julio de 1997.Sin embargo, casi dos años después, la administración regional aún no había encontrado tiempo para desarrollar uno de sus aspectos más novedosos. En un futuro próximo, cualquier establecimiento de ocio y espectáculos abierto al público deberá lucir en la fachada su particular carné de identidad para que todos sus clientes, y la policía municipal, puedan saber a qué atenerse.

El distintivo elegido por la Consejería de Presidencia se basa en la utilización de tres colores y de nueve iniciales. Al principio puede parecer un tanto desconcertante, pero sus creadores están convencidos de que el visitante se habituará en muy poco tiempo a estas letras y a sus símbolos.

El primer tipo de placas, reconocibles por su fondo violeta, corresponden a los locales y establecimientos de "espectáculos públicos".

En este caso, las letras pueden ser tres: D, si lo que sucede al otro lado de la puerta es un espectáculo de esparcimiento y diversión (por ejemplo, un concierto de Bruce Springsteen o de Van Morrison); C, si se trata de un evento cultural y artístico (verbigracia, un ballet clásico) y A, en el caso de que se trate de un acontecimiento deportivo (caso práctico: un partido de fútbol en el Estadio de Vallecas o de baloncesto en el Palacio de Deportes).

El segundo apartado, el de las "actividades recreativas", se corresponde con el color rojo. Y en estas placas cabe la posibilidad de cuatro letras distintas: B para las discotecas y salas de baile, R en los establecimientos deportivo-recreativos, J para los juegos recreativos y de azar (casinos, salones de juegos, bingos, y salas de máquinas tragaperras) y O en el caso de centros culturales y de ocio.

Por último, el fondo verde se reserva para los "otros establecimientos abiertos al público", un apartado en el que las posibilidades se reducen a dos: E para los bares especiales de ocio y diversión y H para el caso de los establecimientos de hostelería y restauración. Todas las letras, con independencia de a cuál de los tres capítulos pertenezcan, lucirán el color blanco.

Para una mayor claridad, en las placas deberá figurar, junto a la inicial y el código cromático, una descripción del local bajo el epígrafe de "actividad". Por ejemplo, se hará constar la palabra "cafetería" junto al cuadro verde con la H blanca, o "sala de juventud" al lado de la B con fondo rojo.

Mensajes especiales

El resto de datos informativos que constarán en estas matrículas de los establecimientos para el ocio y la diversión son el aforo máximo permitido, el horario de apertura y cierre y el número de licencia de funcionamiento.Cuando así sea necesario, también figurarán estas dos leyendas especiales: "Prohibición de entrada a menores de 16 años" y "Horario máximo; Entre el cierre y la subsiguiente apertura permanecerá cerrado seis horas como mínimo". Este último aspecto fue uno de los más controvertidos de la ley regional, ya que con esta limitación se propinaba un golpe casi definitivo a las discotecas de madrugada o after hours, unos establecimientos que hasta el momento apenas echaban el cierre un par de horas: lo justo para que la clientela se oxigene y reponga fuerzas llevándose algo a la boca.

Las nuevas placas identificativas serán cuadradas, con unas dimensiones de 31 centímetros por cada lado. Como curiosidad, la orden por la que se regulan estos distintivos es tan puntillosa que hasta especifica el material de la placa ("metacrilato de extusión incoloro especial exteriores"), los tornillos de sujección ("tipo CR 20x30"), la altura respecto al suelo y la tipografía del cartel: letra Bodoni para las iniciales y Helvética para el resto de indicaciones.

Es un paso más en la aplicación de la Ley Regional de Espectáculos, que dejará para la próxima legislatura el desarrollo de uno de los aspectos más delicados desde el punto de vista jurídico. El derecho de admisión de las distintas salas será regulado mediante un reglamento regional que, supuestamente, recogerá el catálogo de prendas prohibidas.

Uno de los artículos de la Ley regional de Espectáculos que más destacaron todos los grupos parlamentarios se refería a la prohibición de acceder a un establecimiento de ocio y recreo portando simbología nazi o que incitara a la violencia.

Para que la aplicación de ese artículo no permita que cada portero de discoteca lo aplique de manera discreccional, la consejería de Presidencia va a elaborar una detallada relación de las prendas prohibidas. Pero, de momento, sus responsables han decidido tomárselo con calma.

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