Aznar decide apoyar a Piqué pese a reconocer que el ministro está "tocado"

José María Aznar ha decidido respaldar a su ministro portavoz, Josep Piqué, pese a constatar que "está tocado" por las denuncias del PSOE contra su gestión como titular de Industria en la política de subvenciones y la de su propio patrimonio personal en relación con Hacienda. La decisión de Aznar se ha materializado en la creación de un comité de seguimiento con representación del Gobierno y del PP, una vez que han detectado numerosos errores tácticos de Piqué en su defensa. Su cometido se extenderá a otros ministros o dirigentes del PP.

El PSOE, con su política de erosión, ha conseguido mermar la tarea de Josep Piqué como portavoz del Ejecutivo, según admiten en círculos gubernamentales. Piqué ha perdido la frescura de sus primeros meses de portavoz, a ratos no consigue ocultar su abatimiento y tiene que dedicar una buena parte de sus energías a defenderse de los ataques de la oposición, reconocen en el Ejecutivo. Tanto en el Gobierno como en el PP existe una opinión extendida de que los socialistas se han aprovechado de los errores tácticos que ha cometido Piqué en el diseño de su defensa. "En política no se puede prometer una cosa y luego reconsiderarla", admiten fuentes gubernamentales en alusión a los compromisos iniciales del portavoz, luego rectificados, de presentar sus declaraciones de impuestos, de asumir una comisión de investigación y de plantear una querella criminal contra el candidato socialista José Borrell después de que éste le acusara de fraude. Piqué ni ha presentado sus declaraciones, ni ha aceptado una comisión, ni ha planteado una querella, sino sólo un acto de conciliación con Borrell ante el juez.También le censuran su decisión de solicitar amparo al presidente del Congreso, Federico Trillo, cuando ésta era una iniciativa imposible al no ser Piqué diputado. "Ha actuado como un novato en política, de manera voluntarista. Ha pensado sólo en defender su honorabilidad y no se ha planteado que el ataque contra él estaba inmerso dentro de una estrategia del PSOE", señalan compañeros de Piqué en el Gobierno y PP.

Pero, pese a todo, Aznar no está dispuesto a dejarle caer. Se lo ha transmitido tanto al propio Piqué como al conjunto de su Gobierno y a los líderes del partido y del Grupo Parlamentario popular. El presidente del Gobierno comparte la tesis de Piqué de que no ha vulnerado la legalidad con sus actuaciones públicas y privadas, pero, además, razones políticas de peso abonan la decidida defensa de su ministro portavoz.

Aznar está convencido de que la erosión de Piqué es una estrategia calculada, y además anunciada, por el PSOE para neutralizar al político por quien el presidente había apostado para encarnar el llamado "viaje al centro" del PP al nombrarle portavoz en julio y lanzarlo como dirigente del partido en el congreso del partido de enero, según fuentes gubernamentales. Pero, además, cree que si deja caer a Piqué por la "estudiada campaña de presiones del PSOE", detrás de él vendrán otros. Al Gobierno no le ha pasado inadvertida la reciente denuncia, posterior a la de Piqué, contra otros dos ministros por la gestión de su patrimonio personal: el piso adquirido por la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, y los inmuebles del titular de Fomento, Rafael Arias-Salgado.

Estas consideraciones políticas de José María Aznar están por encima de cualquier otra cuestión. Piqué no ha llegado a presentar la dimisión al presidente, pero sí ha reconocido que ha podido cometer errores en su defensa. El jefe del Gobierno ha respondido con su apoyo y la llamada al cierre de filas. "No vamos a dejar caer a Piqué. Lo vamos a defender con uñas y dientes", dijo a EL PAÍS el portavoz parlamentario del PP, Luis de Grandes.

La materialización de la defensa del ministro es la creación de un comité de seguimiento del caso integrado por representantes del Gobierno, PP y grupo parlamentario. El comité -del que forman parte el secretario general del PP, Javier Arenas; el secretario de Estado de Comunicación, Pedro Antonio Martín Marín; el portavoz parlamentario Luis de Grandes y el propio Piqué, entre otros- tiene como misión romper el cerco socialista, pero no sólo el que ha montado contra el ministro portavoz sino contra otros compañeros de Gabinete o dirigentes del PP. "Es un año electoral y estamos convencidos de que no va a ser éste el único caso. Estamos preparados para afrontar otros desafíos", señala De Grandes.