_
_
_
_
_

El saxofonista Bill Evans afirma que la experiencia ha dulcificado su estilo

El músico presentó en Madrid su nuevo álbum, titulado 'Touch'

Desde que se diera a conocer en la banda que Miles Davis creó para regresar a los escenarios en 1980, el saxofonista Bill Evans (Clarendon Hills, Illinois, 1958) ha crecido en estatura artística y en aceptación popular hasta convertirse en uno de los grandes de lo que en algunos círculos se conoce como jazz contemporáneo. Ahora, Evans acaba de lanzar un disco titulado Touch, que considera su obra más madura y personal.

El creciente club de fans de Evans llenaba el local escogido para la presentación de este cuidado trabajo, que procesa diversas influencias urbanas a través de un punto de vista personal. También curtido en las artes promocionales, el saxofonista aprovechó para contar algunas anécdotas, pero después dejó claro que se toma muy en serio su carrera, hasta el punto de que llegó a rechazar una suculenta oferta de Mick Jagger que le aseguraba un sueldo de 9.000 dólares semanales durante tres años."Hacer lo que uno quiere en cada momento no tiene precio", comenta Evans ya en privado, después de haber ofrecido al público, con acompañamiento pregrabado, dos temas del citado disco. "Tanto Miles Davis como John McLaughlin y Herbie Hancock me dieron el mismo consejo, que lo más importante es ser fiel a uno mismo y concentrarse en la música que se tiene en mente. Por eso estoy satisfecho con mi último trabajo; resulta particularmente personal porque he controlado desde el principio todo el proceso: he compuesto los temas, los he producido y he elegido a los músicos más adecuados para tocarlos". Misión cumplida. Touch suena a sopesada mezcla de ingredientes que dan como resultado un producto atractivo para un amplio sector de público. Música tan apta para bailar como para escuchar, basada en ritmos de raíz negra debidamente limados de aristas, voces de sutil aroma étnico y melodías de amable sensualidad.

Este último aspecto es especialmente importante para Evans. "Al principio tocaba el saxo de forma impetuosa y agresiva, muy influido por John Coltrane", afirma, "pero luego fui dulcificando mi estilo y buscando el sentido melódico a los solos. Si tuviera que definir en pocas palabras mi disco más reciente diría que es una colección de melodías personales. Por esta razón quise contar con Wallace Roney . No le llamé porque me propusiera recrear el sonido de la banda de Miles de principios de los ochenta, sino porque quería un trompetista de fuerte carácter melódico".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_