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Los transportistas amenazan con atascar la carretera de Valencia si cierra el vertedero sur

Antonio Jiménez Barca

Si se cierra el vertedero sur, donde 1.500 camiones depositan diariamente sus escombros, los transportistas aseguran que atascarán la carretera de Valencia, ya que se desplazarán en bloque a la otra escombrera de la ciudad, la de La Fortuna . "No queremos molestar a la gente, pero no nos va a quedar otro remedio", explicó ayer un portavoz de los camioneros. Por otra parte, el Ayuntamiento, que tenía pensado precintar el vertedero ayer, ha dado 15 días más de plazo a los propietarios para que presenten alegaciones. Los dueños aseguran que tienen autorización.

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"Mucha manga ancha"

"Cerrar de un día para otro el vertedero del sur puede significar el caos absoluto en la ciudad". Así de apocalíptico se mostró ayer Carlos González, presidente de la mayor asociación de transportistas de escombros de la ciudad, Aemat (Asociación de Empresarios de Movimiento de Tierras). Para González, además, una decisión tan repentina significaría un auténtico desastre económico para los camioneros. Obligados a dirigirse al otro vertedero de la ciudad, el de La Fortuna, situado en el kilómetro 13 de la carretera de Valencia, cada uno de los transportistas que diariamente acude a la escombrera del sur perdería, de media, "15.000 pesetas".Los camioneros ya tienen apalabrado el coste del porte de escombros con las empresas constructoras y cambiar la ruta y tener que ir al vertedero de La Fortuna, más lejano, equivaldría a hacer menos viajes al día y, por tanto, tardar más en transportar cierta cantidad.

La teoría del taxista

"Es como si a un taxista que va desde el aeropuerto a la avenida de América de un día para otro se le obliga, por el mismo precio, recoger a los viajeros en un aeropuerto en Azuceca de Henares", ilustra González.

El portavoz de los transportistas asegura que, si cierra el vertedero sur sin que haya otra escombrera alternativa, "habrá grandes protestas de los camioneros".

El 29 de enero, técnicos de Gerencia de Urbanismo, después de visitar el vertedero del sur declararon "que la actividad" ejercida carecía "de la preceptiva licencia". El Ayuntamiento dio 15 días a los dueños para que alegaran y, en último caso, para que llevaran a cabo "el cese de actividad". Sin embargo, el gerente de este vertedero, Ricardo Calvete, aseguró ayer que su escombrera "tiene licencia desde 1993". Para Calvete, los técnicos municipales "se han confundido". "Nosotros lo que hemos solicitado es la ampliación del vertedero del sur porque éste ya está a punto de colmarse, y el Ayuntamiento nos ha denegado esta licencia; los funcionarios vieron el vertedero actual funcionando y por eso se creyeron que era ilegal", añadió Calvete. Los dueños de la escombrera, perteneciente a la empresa Vertederos y Excavaciones del Sur, SL, la misma que explotó Las Cárcavas durante años, añaden que no han recibido notificación alguna que les informara de que ni siquiera la ampliación de la escombrera haya sido denegada. "Han debido de mandar la notificación, por confusión, a alguien que vive cerca de Mercamadrid, pero no a nosostros", especuló Calvete. Luis Armada, gerente de Urbanismo, comentó ayer que el municipio no tiene certificación de haber enviado esta notificación. "Así que la enviaremos otra vez mañana

[por hoy]". "Para aclarar si lo que carece de licencia es el vertedero mismo o la ampliación nos vamos a reunir en breve con los propietarios de la escombrera", explicó el gerente de Urbanismo.

La falta de vertederos es una asignatura pendiente del Ayuntamiento. Durante más de cuatro años funcionó el de Las Cárcavas, a pesar de carecer de licencia. El mismo alcalde, José María Álvarez del Manzano, del PP, permitió esta ilegalidad por la simple razón "de que no había otro". El regidor se olvidaba del vertedero del sur, en funcionamiento desde el año 1993.

La escombrera de La Fortuna, en el distrito de Vicálvaro, abierta hace un año, vino a paliar el déficit de escombreras de la capital. Un mes después de su apertura, el vertedero de Las Cárcavas, en Hortaleza, se cerraba para siempre.

El concejal de Limpieza,Luis Molina, reconoce que la capital necesita más lugares amplios donde depositar los restos de las obras. "Ahora van a empezar los trabajos para construir la M-45; muy bien. Yo estoy de acuerdo, pero ¿dónde metemos la tierra?", se pregunta.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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