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Entrevista:ANDRÉS PASTRANA - PRESIDENTE DE COLOMBIA

"La paz necesita muchos recursos y España puede ayudar"

Acompañado de cinco ministros, 40 empresarios y los portavoces de los principales sectores económicos, hoy inicia su visita oficial a España el presidente colombiano, Andrés Pastrana. Su maleta va llena de proyectos enmarcados dentro de su "diplomacia económica y para la paz".En el primer campo la idea es clara: aumentar las inversiones -en infraestructuras, comunicaciones y en el sector financiero- e incrementar las exportaciones.

En el campo de la paz hay dos temas en la agenda: "España puede desempeñar un papel importante en el momento en que Gobierno e insurgencia tomen la decisión de negociar, pues en ese momento se puede abrir la puerta a los países facilitadores". El segundo tema tiene que ver con el dinero. "La paz necesita muchos recursos, y España puede ser la punta de lanza para conseguirlos", dijo el presidente Pastrana a EL PAÍS en la entrevista concedida, antes de iniciar el viaje que desde España le llevará a Marruecos y al Vaticano, en Italia.

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A pesar de la imagen de un Estado débil ante los secuestros y asesinatos de guerrilla y paramilitares, Pastrana no cree que resulte difícil motivar a los inversores. "Llevamos 40 años con la guerrilla. Sabemos que existe ese problema, pero, a pesar de las claras dificultades, no sólo internas, sino las que estamos viviendo hoy en América Latina, en Colombia hemos logrado mantener una posición de confianza que implica, en buena parte, un reconocimiento a la política económica", asegura. "El propio Gobierno español ha mostrado interés en invertir; los empresarios, también. La semana pasada Colombia colocó con éxito en Nueva York 500 millones de dólares [unos 76.000 millones de pesetas] en bonos".

El presidente insiste en que está "trabajando por la paz". "Tratamos de garantizar, primero, la seguridad de los colombianos. La paz es el mayor compromiso de mi Gobierno. Estamos diciendo a la comunidad internacional que necesitamos su ayuda y su participación, pero necesitamos también que la insurgencia entienda que es necesario el respeto al derecho internacional humanitario para consolidar el proceso de paz. De esa manera, no sólo vamos a lograr recursos, sino inversión extranjera".

También insiste en que "se están haciendo todos los esfuerzos" para solucionar el caso de los dos españoles que aún están secuestrados en su país. "El mundo quiere tender la mano a Colombia, pero está esperando señales concretas de paz por parte de la insurgencia, no señales de guerra como el secuestro de extranjeros", afirma.

La entrevista se realizó minutos antes de que el comandante Raúl Reyes confirmara la responsabilidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el asesinato de tres estadounidenses. Aun así, Pastrana valoró que "lo más importante es que ellos acepten su responsabilidad y asuman las consecuencias". En su opinión, hay que "sobreponerse a este tipo de hechos". "Si evaluamos lo ocurrido en otros países, vemos que circunstancias como ésta han servido para fortalecer los procesos de paz. Obstáculos existirán siempre; los teníamos antes del triste hecho del asesinato de los tres ambientalistas. En esto hay que tener paciencia, fortaleza, mirar las cosas con tranquilidad", subraya.

Su apuesta por la paz no es negociable. Niega que su posición haya sido débil, que quiera mantener los diálogos de paz a cualquier precio. "Hay posiciones a favor de la guerra. Yo creo en la paz. En esto hay que ser persistente. Lo más importante en la vida es saber para dónde se va para no perderse. Siempre habrá quienes quieran que el presidente rompa los diálogos y vayamos a una guerra. La paz no va a ser fácil. Hay más enemigos de la paz que amigos de la paz".

También está convencido de contar con el apoyo de Estados Unidos en su empeño. "Estados Unidos ha entendido el proceso de paz, respeta que éste sea manejado por colombianos, por su presidente", declara antes de reconocer que "el asesinato de los norteamericanos dificulta las cosas. Ellos habían demostrado su disposición a participar y a colaborar con la paz. Antes del crimen de los norteamericanos se había iniciado un diálogo sobre la sustitución de cultivos ilícitos, que abre la puerta para una solución completamente distinta al problema de la droga. Se había hablado ya del secuestro y respeto a la vida de norteamericanos y extranjeros, y en general al derecho internacional humanitario".

Ni siquiera la mención de las críticas como la de Manuel Marulanda, Tirofijo, uno de los comandantes de las FARC, que aseguran que no sabe adónde va, que improvisa en su política de paz, logra descolocarle. "Si eso fuera así, yo creo que Marulanda no estaría dispuesto a dialogar con el Gobierno. Este proceso va caminando precisamente porque hay una confianza de Marulanda hacia el presidente Pastrana y de Pastrana hacia Marulanda. Sabemos para dónde vamos, existe una política, una estrategia. Si las FARC creyeran que no hay una política de paz, no se habrían sentado a buscar mesa de diálogo. Creo que es mucho lo que hemos avanzado también con el ELN y el EPL para lograr un plan integral de paz".

En cuanto a la falta de progresos y al riesgo de que dentro de dos meses, cuando está previsto que concluya el despeje, todo pueda acabar en nada una vez más, Pastrana responde con una visión más amplia del asunto. "Aquí lo que estamos buscando, y para eso se creó la zona de distensión, es saber si hay o no voluntad de negociar", dice. "Insistimos en buscar mecanismos que nos permitan avanzar antes de la fecha que las FARC pusieron [26 de abril] y antes de la fecha de evaluación que nosotros planteamos [el 7 de abril] para alcanzar el objetivo: que las FARC se sienten a la mesa de negociación".

Y en cuanto a los hechos concretos contra los paramilitares que exige la guerrilla, ¿qué balance va a presentar? "La verdad es que nosotros no actuamos por exigencias de las FARC. Y nunca lo vamos a hacer", responde rotundo. "Actuamos porque es una política de Estado. En este momento estamos actuando militarmente en la zona paramilitar. La obligación del Estado -y ésas son las instrucciones precisas que tiene el Ejército- es combatir a todo aquel que esté por fuera de la ley; el monopolio de las armas es del Estado".

De todas formas reconoce que los avances en ese terreno han sido pequeños y que prosiguen las matanzas. "Tiene razón. Pero en esto debemos ser claros: a los paramilitares no los acabamos de un día para otro. Es un problema complicado, es un tema en el que tenemos que hacer esfuerzos importantes, y estamos haciéndolos. Hay señales claras, no sólo dentro de la política del Gobierno sino de la política de las Fuerzas Armadas". Incluso habla de avances en el escabroso asunto de la implicación de militares: "Hemos pasado de unas Fuerzas Armadas acusadas de violación de derechos humanos a tener sólo dos casos el año anterior". "La verdad, soy optimista. No nos adelantemos a los hechos. Es difícil, es complicado, pero el momento se está dando. Hay respaldo internacional. Siento que hay interés de llegar a la mesa de negociaciones", concluye con respecto al proceso de paz emprendido.

Igual actitud positiva desprende cuando se le recuerda su promesa de luchar contra la corrupción, que en el pasado Gobierno costó más de dos billones de pesos al país. "Pronto habrá resultados positivos (capturas, investigaciones), y se fortalecerá un programa de participación ciudadana para que se presenten denuncias, pruebas, evidencias".

Cuando se le recuerda la crisis económica, que cada día hay más desempleo, recesión, pobreza, el presidente interrumpe y aclara: "Pero no por culpa de mi Gobierno". "[Los ricos] tendrán que meterse la mano al bolsillo. Yo creo que la paz nos corresponde a todos", defiende. "La prioridad, a nivel interno, es reactivar la economía. Además, tenemos un plan de desarrollo cuyo eje es la justicia social. A nivel internacional, esperamos contar con una mesa de donantes , antes del fin de este año, que nos permita conseguir recursos para trabajar por la paz".

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