París exige a Bonn plasmar el pacto agrícola con una propuesta enteramente nueva

Obras son amores, y no buenas razones. El Gobierno francés exigió ayer al alemán que traduzca la reconciliación iniciada en la cumbre europea del pasado viernes sobre la reforma para el próximo septenio de la Política Agrícola Común (PAC) -el 48,5% de los gastos de la UE- en una propuesta de compromiso enteramente nueva, que rebaje drásticamente los gastos.Por eso, el Consejo de Ministros de Agricultura, que debía continuar hoy, se ha trasladado al jueves. El presidente de la Comisión, Jacques Santer, confirmó ayer en París que se suma al pacto, tras entrevistarse con el primer ministro, Lionel Jospin. Gastar mucho menos es la consigna. "Los franceses no quieren reiniciar la negociación con un mero retoque a la anterior propuesta de compromiso de la presidencia" presentada por el ministro alemán de Agricultura, Karl-Heinz Funke, "sino que reclaman un texto enteramente nuevo y detallado, o que exige tiempo", indicó a este diario una fuente vinculada a la negociación. Además, en estos momentos se celebra en París el Salón de la Agricultura, con lo que el aplazamiento evitará protestas del sector que oscurezcan el evento.

Marcha atrás

El nuevo texto deberá responder a la marcha atrás que realizó durante la cumbre el canciller alemán, Gerhard Schröder, para asumir la propuesta de París. Renunció a la cofinanciación agrícola (pago de un porcentaje de los gastos de la PAC a cargo de los Gobiernos, en lugar de que vayan enteramente a cargo del presupuesto común) y se apuntó al techo de gastos de 40.500 millones de euros anuales (que incluye una reducción anual del 3% en las ayudas directas al productor). Y riñó estrepitosamente a Funke por haber elaborado una propuesta en la que no sólo se distanciaba de los 40.500 millones de euros, sino que aumentaba los 46.000 propuestos por la Comisión en su Agenda 2000 con otros 614 millones adicionales cada año.Si responde a ese pacto explícito, el nuevo texto convertirá el Consejo de Ministros de Agricultura del jueves en un valle de lágrimas, un Waterloo o una guerrilla. Sólo el francés Jean Galvany se había opuesto taxativamente a ampliar el gasto, mientras sus colegas -entre ellos, y de forma destacada, la española Loyola de Palacio- celebraban cada euro de mayor gasto.

En el caso de De Palacio, en aras del intento -justificado- de eliminar discriminaciones a la agricultura mediterránea y española. La marcha atrás puede poner en peligro todos los avances logrados la semana pasada por la ministra española. El presidente Santer ya constató en Bonn que "la orientación mayoritaria" de los Quince líderes se definía del lado francés. Ayer lo ratificó en París inequívoca y solemnemente, evidenciando así que la Comisión Europea se pondrá manos a la obra para cocinar el propósito de los jefes de Gobierno, y no el de los titulares de Agricultura.

Pero este cambio de posición sobre lo que el Ejecutivo proponía en la Agenda 2000 debería ser refrendado por el colegio de comisarios, porque su presidente no puede ir por libre. Veremos.