El Gobierno francés advierte de que no habrá solución para la agricultura sin un acuerdo presupuestario global
Francia da por descontado que logrará imponer buena parte de sus propuestas en lo que a la reforma de la PAC (política agrícola común) se refiere. El ministro de Agricultura, Jean Glavany, acudirá el jueves a Bruselas -que no hoy, como deseaban los alemanes- con la esperanza de que "el ministro alemán tenga nuevas sugerencias que hacernos, pues de lo contrario la reunión durará solo una o dos horas".Para el primer ministro Lionel Jospin, los titulares europeos de la cartera de Agricultura "han de abordar los problemas de manera más equilibrada", es decir, en palabras de Glavany, "no habrá acuerdo sobre la PAC mientras no haya un acuerdo global sobre la Agenda 2000". Jacques Santer, presidente de la Comisión Europea, de visita ayer en París, dijo que consideraba "la propuesta francesa de disminución progresiva de las ayudas como un elemento esencial que hay que tener en cuenta, y que prueba que es posible modular y afinar" todos los gastos antes de dar el visto bueno a cualquier cambio.
El Gobierno francés sabe que su país no puede seguir llevándose el 22,5% de las ayudas agrícolas comunitarias, pero busca globalizar la negociación, de manera que el dinero perdido en un sector pueda ser compensado por el ganado en otros. París quiere que Bonn dé prioridad a la revisión a la baja de los fondos estructurales y de cohesión y acepte que se tarde seis años en reducir sólo 3.500 millones de euros (un 8,5%) las ayudas a la producción agrícola.
El presidente Chirac, por su parte, no dejó pasar la oportunidad de presentarse como el principal defensor de la PAC y de los agricultores franceses y, después de una reunión con Santer, declaró que lo esencial es que "la PAC permita que los campesinos se ganen la vida con su trabajo; es una cuestión de dignidad".
Si Glavany no ha cesado de atacar a su colega alemán -"para estar seguro de no perder el tiempo, le entregaré a Karl-Heinz Funke un memorándum que contiene las proposiciones francesas, porque tenemos ideas para desbloquear una negociación que se encuentra en un atolladero ridículo"-, los titulares de Exteriores y de Economía lanzan mensajes tranquilizadores. "Hemos rechazado la propuesta de la cofinanciación", explicaba Hubert Védrine, de Exteriores, "porque suponía volver a la financiación nacional. Equivalía a poner el gusano en la manzana y favorecer la desaparición de las políticas comunes y de solidaridad".
Para Dominique Strauss-Kahn, titular de Economía y Hacienda, no cabe la menor duda de que "habrá un acuerdo global, un compromiso, dentro del plazo previsto. Los puntos de vista empiezan a coincidir".
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