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Reportaje:

La economía cierra su mejor año, pero se enfrenta a un entorno exterior menos favorable

Un año irrepetible. El ejercicio que acaba de concluir es para ponerlo en un marco si lo que se valora son las variables macroeconómicas. Un alto crecimiento económico (3,8%, el mayor en nueve años), la inflación más baja de la historia (1,5%) y un déficit público a niveles mínimos (1,8% del PIB) han permitido a España coger el tren del euro, a pesar de que en el nivel de paro (18,8%) los avances son menos relevantes. El Gobierno espera mantener el crecimiento, si bien los expertos creen que el deterioro de las economías del entorno acabará por afectar a la española.

El año 1998 ha superado las expectativas incluso del propio Gobierno, a quien el guión le pide siempre transmitir optimismo. A lo largo del año, los objetivos de crecimiento y empleo tuvieron que ser revisados al alza y los de inflación y déficit público, a la baja. Y todo ello con una crisis financiera internacional que, a partir del segundo semestre, no auguraba nada bueno.La crisis no se ha superado, permanece larvada con episodios de sobresalto, pero la economía española ha cerrado su mejor ejercicio de la historia reciente. Ha habido años en que se ha crecido más, pero nunca se había hecho compatible una economía boyante con una baja inflación. Con el crecimiento del 3,8% logrado no sólo no se han disparado los precios sino que se han reducido hasta un histórico 1,5%.

Lo mismo cabe decir del déficit público, que ha cerrado también en un nivel del 1,8% del PIB para el conjunto de las Administraciones públicas. Esto ha sido, sobre todo, gracias a ese alto crecimiento económico, a la baja inflación y a unos tipos de interés muy reducidos.

Tres millones de parados

El empleo ha aumentado de forma apreciable (un 3,4% en media anual), a un ritmo muy cercano al del crecimiento económico, pero la cifra de paro no ha conseguido bajar de los tres millones (en media anual). La tasa de desempleo se redujo dos puntos porcentuales, hasta el 18,8%, porcentaje que supera al del año 1992.El secretario de Estado de Economía, Cristóbal Montoro, señala que "ha habido años mejores en aspectos concretos, pero en conjunto y desde un punto de vista de la calidad del crecimiento, es el mejor desde la democracia". Para Fernando Gutiérrez, director del Servicio de Estudios de Argentaria, lo más destacable es que estos resultados "se han obtenido en un contexto internacional que ha ido a peor a lo largo del año".

Aquí está ahora la gran duda que surge de cara a 1999, un ejercicio que en los principales países de referencia para España se afronta con menos optimismo. En Alemania, por ejemplo, el dato de crecimiento económico en el cuarto trimestre de 1998 ha resultado ser negativo (-1,8%). El Reino Unido ha bajado al 0,8% y Francia en el tercer trimestre (último dato publicado) ha bajado del 3,4% al 2,1%. La recesión en Japón es un hecho y sólo Estados Unidos ha cerrado el ejercicio con un espectacular 6,1% en el último trimestre.

"Da la impresión de que Estados Unidos está haciendo una digestión más lenta de la crisis que Europa, señala Emilio Ontiveros, de Analistas Financieros Internacionales. "Pero Alemania es el 35% de la economía europea, cada vez se enfría más y esto tarde o temprano acabará por afectar a las demás y también a España", añade Ontiveros.

El virus es el comercio exterior, incubado en las economías de los países productores de materias primas, cuyo abaratamiento -paradojas del sistema- ha estado en el origen de ese crecimiento sano que han logrado los países de la otra orilla, entre ellos España. Ontiveros señala que "hemos de rezar para que el euro no se recupere frente al dólar porque, en este caso, el impacto de la crisis en las economías de la zona será superior".

En el caso de España, los datos del cuarto trimestre ya acusan un impacto negativo del sector exterior. El crecimiento se ha desacelerado dos décimas y una décima más si se compara con el segundo trimestre. Mientras que la demanda interna se ha mantenido con un crecimiento del 4,9%, las exportaciones han bajado su ritmo (del 6,5% al 5,9%) mientras que las importaciones prácticamente se han mantenido (del 9,5% al 9,4%).

En el conjunto del año, el déficit comercial español ha aumentado un 31,5% con respecto a 1997, mientras que el déficit por cuenta corriente (saldo de los intercambios comerciales, de servicios, rentas y transferencias) se ha situado en 153.300 millones de pesetas, cuando el pasado año se registró un superávit de 359.300 millones.

No habrá recesión

"Nadie habla de crisis o recesión", señala Jordi Sevilla, asesor del Grupo Parlamentario Socialista, "pero no parece posible que se puedan repetir los resultados del pasado año". Sevilla cree que si los datos, mes a mes, van siendo peores, se puede producir una brusca caída de la confianza de los consumidores y muestra sus dudas sobre "la capacidad del Gobierno para administrar un empeoramiento del clima económico".Tanto los organismos internacionales como los expertos de los distintos servicios de Estudios privados sitúan el crecimiento español algunas décimas por debajo del 3,5%, frente al 3,8% que espera repetir el Gobierno. Montoro señala que "no es cuestión de discutir unas décimas, pero creo que los organismos internacionales tienen razón cuando señalan que habrá una recuperación en la segunda mitad del año".

En Europa, el cuarto trimestre no ha sido boyante pero, según Montoro, la confianza de los consumidores se está recuperando. Añade que "las cosas pintan mejor en buena parte de Asia y la economía de Estados Unidos mantiene un alto ritmo de crecimiento económico". En Latinoamérica, continúa, los procesos de ajuste están en marcha y por todas estas razones "el Banco Central Europeo se niega a bajar los tipos de interés".

Frente a este efecto contaminante del sector exterior, los expertos creen que la demanda interna continuará fuerte en España y esto es aproximadamente un 60% del crecimiento económico. La "válvula", según la definición de Ontiveros, es la reforma del impuesto sobre la renta, con su inyección de 750.000 millones de pesetas en el consumo este año, lo que permitirá un crecimiento sostenido de la demanda interna.

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