Blanqueo de miles de millones en Ceuta
Una brigada especial investiga un desorbitado cambio de divisas que también afecta a Melilla
ENVIADO ESPECIALLos funcionarios de Hacienda y los expertos de la Brigada de Delincuencia Económica que integran el Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (SEPBLAC) han comprobado cómo en Ceuta y en Melilla se cambian cada año importantes cantidades de florines holandeses, liras italianas, libras británicas y marcos alemanes por pesetas. Precisamente las monedas que corresponden a la nacionalidad de las principales organizaciones internacionales que compran el hachís procedente de las plantaciones de Ketama (Marruecos).
Ceuta, con casi 70.000 habitantes, tiene la tasa de paro más alta de España, siete puntos por encima de la media nacional; carece de industria, de turismo y el 90% de su actividad se sustenta en un comercio hace años próspero y hoy en declive. Pese a este panorama, la ciudad genera una trepidante actividad bancaria. Hay numerosas sucursales de los principales bancos y cajas, y las oficinas de cambio de divisas no dan abasto. En Melilla se da un fenómeno similar. ¿Por qué se cambian tantas divisas en un lugar tan pequeño?
El SEPBLAC, adscrito al Banco de España y dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, intenta contestar a esta pregunta. Emilio Rodríguez Román, ex director general de la Seguridad del Estado durante el primer Gobierno de Adolfo Suárez y responsable de este organismo, ha iniciado una investigación policial y fiscal que se encuentra muy avanzada, según señalan fuentes policiales. Este organismo ha declinado facilitar las cifras con las que se trabaja "porque se trata de un tema confidencial y reservado. Nuestras investigaciones sólo las podemos comunicar a la Fiscalía Anticorrupción". El Banco de España y el Ministerio de Economía aseguran, por su parte, no disponer de esas cifras de cambios tan abultadas.
La investigación reservada ha determinado que detrás de este voluminoso cambio de divisas está el blanqueo de dinero procedentes del tráfico de hachís, según señalan fuentes policiales. "Allí se da el escenario apropiado y los actores. Tienen que dar salida al dinero que genera el negocio de la droga y cambian las divisas donde se mueve el tráfico. El volumen de cambio de moneda es tremendo en esas dos ciudades", dicen.
Estas fuentes aseguran que las oficinas de cambio y los bancos de Ceuta y de Melilla "lo saben casi todo, intuyen la procedencia, pero se aprovechan del suculento negocio".
Los bancos Popular y BBV son los que más cambian en Ceuta. El director del primero achaca su volumen de negocio a la antigüedad de la entidad y a que "ofrecemos buen cambio", pero declina contestar a las preguntas de este periódico cuando se aborda el origen de ese dinero. Las entidades bancarias destacan que no pueden interrogar a sus clientes y que informan a la policía cuando tienen sospechas.
La investigación policial sobre las divisas de Ceuta y de Melilla es larga y difícil. Constituye una novedad porque el cambio de moneda en esas dos ciudades no había sido nunca investigado con la profundidad y el interés de ahora.
Los traficantes de hachís, en su mayoría marroquíes, según la policía, emplean distintas tácticas para no atraer la atención en los canjes de grandes cantidades de divisas. La más habitual consiste en emplear a numerosos colaboradores para cambiar poco a poco y no despertar sospechas. En el argot policial se les denomina "pitufos". Pero las grandes sumas canjeadas al final de cada año y la aparición de los florines y las liras, "en cantidades sorprendentes", han levantado la liebre.
En opinión de los investigadores, el escenario elegido para este cambio de dinero es perfecto. Al ser ciudades fronterizas, los canjes de dinero se camuflan con más facilidad. Además, la cultura de Ceuta y de Melilla ha estado siempre ligada al contrabando, según señalan los expertos.
En el caso de Ceuta, en 1998 tuvo casi seis millones de visitas, y esto ha hecho pensar durante muchos años que el alto canje de divisas se debía a este movimiento de gente a través de la frontera con Marruecos. Todos los días, a las ocho de la mañana, la atraviesan 5.000 mujeres marroquíes que trabajan en la ciudad española en tareas de limpieza. "Esos cambios y los que se hacen en las llamadas operaciones del Estrecho son importantes, pero el grueso viene del tráfico de hachís", señalan dichas fuentes.
La Costa del Sol
Ahora se intenta conocer el destino final del dinero del hachís, que en su mayoría acaba en negocios inmobiliarios, en la hostelería y en la construcción de la Costa del Sol. Entre ellas, Marbella. Otra parte va a cuentas suizas. Delegados de importantes bancos suizos han visitado Ceuta y Melilla en los últimos años para ofrecer sus servicios a traficantes y contrabandistas que han amasado auténticas fortunas.
La policía intenta conocer todo el proceso de blanqueo de dinero que se inicia en las dos ciudades españolas y termina en el sur de España. Fuentes próximas a la investigación aseguran que de este dinero no queda ni un céntimo en esas ciudades. "En Ceuta no queda un duro. Dése una vuelta por la ciudad y comprobará que no hay inversiones".
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