Saramago homenajea a Alberti con un recuerdo para Juan Panadero

Rafael Alberti recibió ayer el Premio Extraordinario de Poesía Reina Sofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz. El Nobel portugués José Saramago rindió homenaje a Alberti y recordó a Juan Panadero, el personaje creado por el poeta gaditano. La asistencia del escritor de Cádiz al acto, en el que también participó Pablo García Baena, estaba de antemano descartada, dada su avanzada edad

La Coral Universitaria entonó su Gaudeamus igitur para celebrar un nuevo reconocimiento a quien figura como doctor honoris causa de la institución gaditana y excepcional símbolo cultural de Cádiz. Entre las autoridades políticas y académicas que se encargaron de presidir la mesa se encontraban la consejera de Cultura, Carmen Calvo, y los rectores de las Universidades de Cádiz y Salamanca, Guillermo Massanet e Ignacio Berdugo, respectivamente.En representación del poeta homenajeado acudió su esposa, María Asunción Mateo. Entre las autoridades literarias, el poeta Pablo García Baena, y el último premio Rafael Alberti de Poesía, Juan Manuel González, dieron lectura a "los poemas que Rafael querría volver a oír": sonetos de Garcilaso, Góngora y Salvador Rueda, rimas de Bécquer, versos de Machado, Neruda y hasta un poema de Miguel Torga leído en portugués por González, además del recuerdo a los compañeros de generación de Alberti -Lorca, Cernuda, Aleixandre- compusieron un repertorio emotivo y acertado.

El protagonista del acto, no obstante, fue el premio Nobel portugués José Saramago. Previamente, y acosado por una nube de micrófonos y cámaras de televisión, aseguró que "las palabras que se pueden decir sobre Rafael Alberti son necesarias, pero al hablar de él como hombre, como poeta, como ciudadano, suenan ya repetidas". "El silencio es a veces más convincente. Pero si miramos en el tiempo, nos preguntamos qué es eso de ser poeta en todo momento, en cada paso de la vida, en cada mirada, qué es serlo hasta el final de la vida".

El escritor de Memorial del convento recordó haber descubierto a Alberti en una librería de viejo de Lisboa; concretamente, a través de un ejemplar de Marinero en tierra.

"Hay en Alberti una doble emoción, la que suscita su vida y la que despierta su obra", comentó. Y aunque había mucho que contar, el portugués se decantó, sin duda, por el personaje de Juan Panadero, "probablemente el mejor libro de Rafael, y del que menos se habla".

Con un excelente sentido del humor, Saramago explicó cómo "Juan Panadero es ese personaje que, tarde o temprano, tiene que aparecer en la obra de un poeta, para que el poeta explique quién es". "¿Qué tiene que ver con el poeta del mar y la luz que todos conocemos? Pues llega un momento, como le ocurrió a Antonio Machado en Campos de Castilla, que el poeta tiene que ser Juan Panadero, con su entereza, su sobriedad, la mirada intensa de quien ve la vida tratando de entenderla", aseveró Saramago.

"Después de tan largo viaje, el hombre tiene que volver a la palabra poética, y en ese momento poner sobre la mesa lo que se puede llamar el pan de la poesía", comentó Saramago.

Por su parte, García Baena señaló que éste era "un día de gloria para la poesía española, tratándose de un maestro que, aun en la distancia, siempre ha estado tan cerca", afirmó.

Juan Manuel González, que no se resistió a leer un poema de su propio libro premiado, Luces inciertas, definió el acto como "el colofón a toda una serie de reconocimientos, porque cuando se trata de Rafael los homenajes nunca llegan tarde", y citó al autor de Marinero en tierra y Sobre los ángeles como "un ejemplo sustantivo, un faro ético y literario".